Es poco probable que el plan de la Unión Europea de proponer un nuevo impuesto a los servicios digitales perjudique las conversaciones globales destinadas a eliminar dichos gravámenes, según el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, que lidera las discusiones.
“Sé a ciencia cierta que la Unión Europea es muy consciente de la importancia de este acuerdo sobre la reforma tributaria internacional” dijo Mathias Cormann, secretario general de la OCDE, en una entrevista con Bloomberg Television.
“También son muy conscientes de no hacer nada que pueda perjudicar el éxito de esa reforma tributaria internacional. Y estoy muy seguro de que a través de nuevas conversaciones entre Estados Unidos (EU), Europa y todas las demás partes interesadas, se encontrará una forma sensata de avanzar”.
Cormann habló al margen de la reunión del Grupo de los 20 en Venecia, donde los ministros de Finanzas deben dar luz verde política a un acuerdo técnico entre 131 países sobre un impuesto corporativo mínimo global y nuevas reglas sobre como dividir los ingresos tributarios obtenidos de grandes multinacionales.
EU sostiene que los impuestos sobre los servicios digitales discriminan a sus empresas. El objetivo del acuerdo global es reemplazar esos impuestos por un nuevo sistema de gravámenes basado en los mercados donde las multinacionales hacen negocios.
Después de asistir al G20 en Venecia, la secretaria del Tesoro de EU, Janet Yellen, viajará a Bruselas para conversar con autoridades europeas.
El ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, dijo a principio de semana que el plan de la UE aún no está finalizado y que su enfoque sería muy diferente al acuerdo de la OCDE dado que todas las empresas se verían afectadas y no se trata de redistribuir beneficios entre los países.