Enfoque

Precarización y burocratización del empleo



Las severas medidas de restricción de movilidad impuestas para controlar la Covid-19 arrasaron con la economía panameña y pusieron al empleo asalariado privado “de rodillas”. La pandemia agravó las tendencias estructurales. En la última década (2010-2020, durante la cual se amplió el Canal e invirtió significativamente en proyectos de infraestructura), el empleo asalariado (formal) del sector privado cayó 15%, pero la planilla estatal aumentó 62% y el número de informales creció 61%. De hecho, el 92% de todos los empleos generados en esos 10 años fueron informales y de no haberse dado los aumentos en la planilla estatal, hoy el desempleo sería 25%, no 18.5%. Los incrementos en el número de funcionarios públicos distorsionaron la medición de la capacidad real de la economía para generar empleo.La verdad es que en la última década, mensualmente se perdieron un promedio de 1,451 empleos asalariados, se incorporaron 1,161 nuevos funcionarios al Gobierno y 2,528 trabajadores informales ingresaron al mercado laboral. Hoy tenemos una “economía de funcionarios e informales”, quienes aportan 2 de cada 3 empleos en el país.Las perspectivas de inclusión productiva de los 371,567 desempleados que hay en el país son, en primer lugar, como informal, y segundo como funcionario, porque las probabilidades de encontrar un empleo decente en la empresa privada y con cobertura de la seguridad social son estadísticamente “nulas”. Esto es un “suicidio económico”. Estamos ante el peor episodio de destrucción masiva de empleo formal privado, así como una creciente precarización y burocratización del empleo. Para distribuir riqueza primero hay que generarla, lo cual resulta difícil cuando no se genera empleo decente en el sector productivo, que generen ingresos fiscales provenientes de actividades que agregan valor a la economía y contribuyen al PIB . Otras prioridades incluyen incorporar a los informales a la CSS y reactivar el consumo. Se necesita inyectar liquidez al sistema a corto plazo, lo cual parece sólo viable a través de la atracción de inversión extranjera y la agilización de los trámites para que la actual liquidez de la banca llegue urgentemente a quien la necesita. Pero también se necesita reorientar el gasto público hacia la inversión productiva. Una economía que sólo produce informales y funcionarios no es sostenible.

El autor es asesor empresarial

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