La Jornada Mundial de la Juventud dejó algo claro: Panamá está preparado para acoger eventos de gran tamaño y, para sorpresas de muchos, el interior del país jugó un papel importante en el éxito que tuvo esta actividad.
El trabajo en equipo fue un factor importante. Todos los actores desempeñaron el papel que debían. Desde las empresas de tecnología que ofrecieron un servicio de altura y permitió que los visitantes tuvieran acceso a internet permitiendo utilizar herramientas como Google Maps y Waze, lo que sin duda facilitó el recorrido por los principales lugares turísticos y religiosos del país.
Mi mayor preocupación eran las giras, tomando en cuenta que importantes avenidas estarían cerradas, pero no se dio el caos que muchos habían vendido.
Hay que reconocer el trabajo que realizó el Canal de Panamá, que logró manejar el mayor flujo de visitantes en su historia.
Pero estos resultados no ocurrieron por acto divino. Fue el resultado de meses de planificación, organización, y eso es lo que debemos seguir aplicando en el país, no solo para el turismo, sino en todos los aspectos de la vida diaria.
Ya no podemos dejar todo para última hora, con la jornada de la juventud se impuso una barrera alta en tema de organización, atención al cliente y colaboración de organismos, que de ahora en adelante no podemos ofrecer menos.
La actitud de la población hacia los peregrinos es la que debemos ofrecer siempre a los turistas que nos visitan.
El efecto que tuvo y que tendrá esta actividad religiosa sobre la imagen del país sería imposible de lograr con una campaña de publicidad.
La experiencia que vivieron estos jóvenes, en especial en el interior del país, será la mejor publicidad que podemos lograr. Ellos, sin duda, hablarán de ello con sus familiares y amigos y un porcentaje de aquellos que escuchen sus andanzas en Panamá querrán visitarnos en el futuro.
No podemos hacer nada por el pasado, no podemos seguir llorando por los platos rotos. El futuro cercano seguirá difícil para las empresas turísticas, pero ahora ahora tenemos la confianza de que las cosas pueden mejorar si todos trabajamos en conjunto para traer grupos de turistas, más convenciones.
Panamá tiene atractivos y productos turísticos, todo depende de nosotros.
El autor es operador de turismo receptivo