En los primeros dos meses del año, la actividad inmobiliaria lideró los reclamos de los consumidores en Panamá.
Se presentaron 41 quejas vinculadas a propiedades con valor conjunto de $5.5 millones, según datos de la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco).
Los reclamos por problemas con las viviendas representan el 17% del total de las quejas interpuestas por los consumidores ante el regulador durante el primer bimestre del año, pero en el valor engloba el 90% .
El principal motivo de las quejas está vinculado a cláusulas abusivas. En este renglón hay clientes con propiedades por un valor total de $4.4 millones que han manifestado su inconformidad. Una queja por cláusula abusiva en un contrato inmobiliario se da, por ejemplo, cuando el promotor estima quedarse con la totalidad de la suma abonada por el consumidor si éste desiste del proyecto.
Para la Acodeco, si una empresa inmobiliaria retiene el 100% del abono, aun cuando el consumidor haya incumplido en el pago y las fechas estipuladas, incurre en una cláusula abusiva. El regulador explica que sí se debe aplicar una penalización, pero no del 100%.
Otras reclamaciones de los usuarios tienen que ver con incumplimiento de contratos (10 quejas); falta de información (6 quejas); devolución de dinero (5 quejas); falta de información comercial (3 reclamos); y cobro indebido (1 reclamo), entre otros.
Al momento que la promotora incumple con la entrega de una vivienda, el comprador tiene derecho a finalizar la transacción sin sufrir penalización por parte de la inmobiliaria, señala el regulador.
Especialistas en el sector inmobiliario recomiendan que el consumidor, antes de tomar una decisión, debe leer cuidadosamente el contrato promesa de compra venta y preguntar sobre cualquier aspecto que no entienda. No debe firmar nada con lo que no esté de acuerdo y es recomendable visitar varios proyectos antes de comprar.
El tiempo para formalizar los reclamos es fundamental, aseguran desde los gremios de consumidores.
“Los primeros cinco años luego de la entrega de la vivienda son fundamentales para poder colocar acciones judiciales contra las empresas inmobiliarias por vicios ocultos, vicios ruinógenos, publicidad engañosa o cláusula abusiva”, asegura Giovanni Fletcher, presidente del Instituto Panameño de Derecho de Consumidores y Usuarios (Ipadecu).
Los reclamos pueden interponerse de manera individual o colectiva de clase, señala.
“La demanda colectiva tiene la particularidad que permite que un grupo de consumidores o propietarios vinculado a las unidades inmobiliarias afectadas demanden por problemas en áreas comunes y particulares”, dijo. Con este tipo de demanda, los consumidores se ahorran tiempo y los gastos de peritaje, asegura el defensor del consumidores.