El consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC) completó la construcción del tercer juego de esclusas en 2016, pero los reclamos del contratista por supuestos sobrecostos en los trabajos no han cesado en los tribunales de arbitraje y la Corte de Miami, Estados Unidos.
El pasado 15 de octubre, GUPC presentó una demanda consolidada del llamado arbitraje de perturbaciones, por $3 mil 586 millones, un monto superior a los $3 mil 118 millones del contrato de construcción del tercer juego de esclusas que se adjudicó en 2009.
Consultada sobre este reclamo, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) confirmó que, como parte del reclamo, en calidad de consorcio, GUPC solicita $2 mil 435 millones; Sacyr, $615.2 millones; Webuild (antes Impregilo), $469.5 millones y Jan De Nul, $67.17 millones.
La panameña CUSA, con el menor porcentaje de participación en el consorcio, no aparece en el reclamo. “Cada uno tenía potestad de ser parte de los reclamos y nosotros nunca fuimos parte”, dijo Rogelio Alemán, de CUSA, tras ser consultado.
Adicionalmente, el consorcio reclama intereses, costos y gastos legales del proceso arbitral y 744 días de extensión en la ejecución de las obras. La ACP tiene que presentar su memorial de contestación a este reclamo de perturbaciones en septiembre de 2022.
Además de esta acción legal, el contratista también ha solicitado ante los tribunales arbitrales la anulación de los laudos fallados a favor de la ACP en el arbitraje de concreto, agregados, laboratorios y fallas. Por este reclamo ya había un fallo definitivo y la ACP recibió el 23 de febrero de 2021 el pago de $271.8 millones.
El contrato del tercer juego de esclusas fue el de mayor cuantía del programa de ampliación del Canal. Los trabajos de ampliación iniciaron en 2007, un año después de que el pueblo panameño aprobara, a través del referéndum, el desarrollo de los trabajos para el proyecto.
El contrato con GUPC involucraba el diseño y construcción de las nuevas esclusas con dimensiones pospanamax en los extremos Pacífico y Atlántico del Canal. Cada uno de los nuevos complejos de esclusas tiene tres cámaras, nueve tinas de reutilización de agua, sistema de llenado y vaciado lateral y compuertas rodantes.
El proyecto se completó con varios meses de retraso debido a contratiempos en el desarrollo de la obra, incluso por parte del propio contratista, que el 30 de diciembre de 2013 notificó su intención de suspender las obras si la ACP no hacía efectivo el pago de sus reclamaciones por sobrecostos de hasta $1,600 millones.
Tras casi tres meses del inicio de la crisis y la suspensión de las obras durante dos semanas, se logró la firma de un acuerdo, ceñido a lo estipulado en el contrato, por medio del cual se realizaba una inyección financiera al proyecto por parte de la ACP, GUPC y Zurich como aseguradora de la obra.
GUPC se comprometía a finalizar los trabajos del tercer juego de esclusas para diciembre del 2015.
Los trabajos continuaron, pero la obra fue entregada por el contratista el 26 de junio de 2016, cuando finalmente comenzaron operaciones las nuevas esclusas, aunque en ese momento aún quedaban pendientes algunos acabados y trabajos finales, que fueron completados posteriormente.