La nueva administración de la aerolínea mexicana Interjet contrató a una empresa de reestructuración para que la ayude a reorganizar su deuda heredada de $1,250 millones, al tiempo que la compañía busca reiniciar sus operaciones.
Interjet, ahora controlada por el empresario Alejandro del Valle, contrató a Argoss Partners, con sede en Ciudad de México, para ayudar a resolver problemas con los acreedores a través de un concurso mercantil preacordado y obtener financiamiento para el deudor en posesión. En las próximas semanas, Interjet planea presentar un plan de reestructuración al regulador de quiebras de México para su revisión.
La aerolínea, que en diciembre paró de volar, se ha enfrentado a numerosos obstáculos para reiniciar operaciones, desde impuestos sin pagar y salarios atrasados hasta la falta de aviones, --los arrendadores han recuperado la mayoría de las aeronaves de la compañía, excepto por un puñado de Sukhois rusos que han sido canibalizados para obtener piezas de repuesto.
“Queremos un proceso preacordado y trabajar los principales puntos con los acreedores”, dijo Carlos Ortiz-Cañavate, socio de Argoss.
Otro socio, Igor Marzo, dijo que el nuevo Interjet podría ser mucho más pequeño en tamaño y alcance que antes, cuando operaba vuelos en México y América.
Una parte importante de la deuda de Interjet, que actualmente está siendo analizada por la nueva administración, proviene de impuestos no pagados al Gobierno mexicano previos al cambio de propietario.
Ortiz-Cañavate dijo que si bien Del Valle estaba consciente de que se debía dinero al momento de comprar la empresa, no estaba completamente informado sobre el verdadero “embrollo” fiscal que arrastraba la aerolínea.
Las recientes auditorías a las principales empresas que operan en México, como BBVA Bancomer y Walmart de México, han resultado en acuerdos que ayudaron a fortalecer las arcas públicas.
El año pasado, Del Valle adquirió una participación de 90% en Interjet.
La semana pasada, accionistas de la empresa, incluidos los fundadores Miguel Alemán Velasco y su hijo Miguel Alemán Magnani, que ahora cuentan con menos de 10%, aprobaron unánimemente que la aerolínea entre a concurso mercantil, convirtiendo a Interjet en la segunda aerolínea mexicana que se acoge a esta figura en menos de un año, detrás de Aeroméxico.