La reinvención de los cesantes

La reinvención de los cesantes


El desempleo es una realidad que golpea a 116 mil 321 personas en Panamá o 5.8% de la población económicamente activa. Pese a esta cantidad de desempleados, muchos de ellos logran salir adelante a través de modelos de negocios, iniciativas por cuenta propia, labores a destajo o “camarones”.

Es el caso de Cecilia Martínez, Leyra Mesas y Sari Fernández, quienes debieron ajustar radicalmente sus estándares de vida y cambiar sus hábitos de consumo y prioridades económicas.

Martínez tiene 35 años de experiencia en banca, finanzas y recursos humanos. Durante nueve años trabajó en una compañía global. Pero por situaciones de cambios estructurales en la empresa, fue despedida. Pensó que con su trayectoria y dominio del inglés podría conseguir trabajo rápidamente, pero no fue así.

“Me tomé cerca de seis meses para estudiar qué era lo que quería de los próximos años. Comencé a ver cuáles eran las otras cualidades o habilidades que tenía como ser humano para explotarlas y sacarles provecho”. En su antiguo trabajo ganaba muy bien, lo que le permitía llevar un estilo de vida holgado. Pero con este cambio en el timón, empezó a reducir gastos.

“Tuve que visualizar qué era lo elemental para vivir. Reduje el plan de servicio de televisión por cable, eliminé el consumo de comidas fuera de casa y las salidas. También cambié el contrato de telefonía móvil. Todo lo reduje a un nivel que me permitiera solventar lo que tenía porque ya no iba a generar ingresos, sino solo egresos”.

Aún sigue desempleada, pero encontró en el mercado una alternativa como independiente. Actualmente es profesora de inglés y, aunque no devenga un jugoso salario, tiene más tiempo libre y ayuda a los jóvenes en su perspectiva de vida.

El menor ritmo del crecimiento económico, el aumento de la fuerza laboral panameña, que suma 2.05 millones de personas, aunado a la contracción de sectores con mayor demanda, inciden en las estadísticas de desempleo en el país.

René Quevedo, especialista en el mercado laboral, asegura que el aumento en la tasa de desempleo actual está asociado al incremento de la brecha entre la demanda de habilidades y competencias requeridas por los sectores que crecen, y la disponibilidad de ellas en el mercado.

Ya sea por necesidad o por oportunidad, el trabajo autónomo está generando un nuevo tejido empresarial que para algunos ha resultado ganarse la lotería, mientras que para otros significa aprender a golpes sobre una nueva realidad.

Leyra Mesa tiene 30 años de edad y está desempleada. Esta joven panameña que hoy pasa la tarde en pantalón deportivo y calzado de estar en casa, fue despedida de su trabajo en abril pasado debido a un proceso de reestructuración de la compañía.

Estudió mercadeo y publicidad y se defiende bien con el inglés. Desde el día que tuvo que recoger las cosas de su puesto y despedirse de sus compañeros de faena, entró en un proceso de reinvención.

Sus prioridades económicas ahora son otras. No come en la calle, dejó de usar la tarjeta de crédito, vendió su carro y no va al salón de belleza.

Con el dinero que percibe de su pareja logra sortear los gastos del hogar. La alimentación y la hipoteca son prioridad. “Pero todo está cada vez más caro y el dinero no alcanza”, dijo.

Tuvo que buscar otro tipo de ingresos para completar el presupuesto familiar. Desde hace unos meses se dedica a hacer dulces, galletas y cupcakes. Las plataformas digitales como Instagram y Facebook han sido sus mejores aliadas para dar a conocer su nuevo modelo de negocio.

Otra panameña que reinventó su negocio es Sari Fernández. Tras cinco años de tener su propio salón de belleza, el pasado mes de octubre cerró sus puertas.

“Debido a la situación económica del país, las clientes comenzaron a recortar gastos en mantenimiento de uñas, tintes y keratinas. Al ver esta situación tuve que cerrar el negocio y comenzar a trabajar a domicilio”, dijo la estilista.

 

Olmedo Estrada, especialista económico

1 Al quedar desempleados, hay gastos prioritarios que no se puede desprender de ellos, como por ejemplo, la alimentación. Hay que asegurar por varios meses los gastos de alimentación .

2 En el caso de tener una casa, no se puede dejar de pagar porque hoy día las inmobiliarias y bienes raíces, al ver que se deja de pagar dos o tres meses, le envían una notificación de desalojo.

3 En vez de hacer gastos suntuosos, se debe guardar dinero para las prioridades familiares: pagos de escuela, energía eléctrica y agua potable.

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