La gestión de la reputación y la comunicación estratégica cobra cada vez mayor importancia, por la necesidad de las empresas y las marcas de conectarse con sus audiencias. En este sentido; estos procesos requieren abordar tres contextos que cuentan con distintas variables, pero que son sinérgicos y complementarios entre sí para construir marca.
1.- La gestión interna de la organización.
2.- La conexión con el mercado.
3.- El rol de las marcas como agentes de cambio relevantes en la sociedad.
Estos son tres ámbitos que requieren ser gestionados con visión estratégica y como ejes de creación de valor.
La gestión interna como primer contexto para la acción exige fortalecer el Employee Engagement, que hace referencia al vínculo entre los empleados y la organización. Es el grado de compromiso que los empleados tienen con la marca para la cual trabajan y que puede reflejarse en la cuenta de resultados de la empresa.
En este aspecto la comunicación, el trabajo de endomarca y el modelaje de los líderes de la empresa es cada vez más importante.
Las empresas han sido muy activas en mejorar la experiencia del cliente, ahora el reto es trabajar con igual ímpetu en la experiencia del empleado.
El Employee Experience (o EX) es un concepto bastante nuevo que debemos considerar desde la gestión de personas para analizar y mejorar la manera en que los colaboradores perciben a la organización a través de sus labores.
La gestión de la cultura corporativa es otro aspecto clave de la gestión interna. La cultura constituye una verdadera ventaja competitiva cuando está diseñada y opera en función de los objetivos de negocio.
En el contexto actual, los modelos de negocios están cambiando y por ende la cultura corporativa tiene que cambiar para adaptarse a las nuevas exigencias del entorno.
Uno de los retos es dejar atrás los paradigmas tradicionales que pueden operar como “camisas de fuerza” para la evolución y explorar nuevas formas de hacer las cosas.
La crisis actual nos ha ayudado a entender más claramente el valor de la transformación digital y de la co-creación, por ejemplo. Hoy más que nunca es necesario retar el status quo para evitar la obsolescencia de los modelos de negocio y hacer los ajustes necesarios para asegurar el éxito futuro.
Un último aspecto que quiero abordar en esta entrega y que ya ha sido ampliamente divulgado es el valor del propósito.
La gestión interna tiene que alinear el propósito internamente para poder abordar los retos del entorno, tanto del mercado como de la sociedad. Estos cuatro aspectos de la gestión interna constituyen factores críticos de éxito en la actualidad: el compromiso del colaborador (Employee Engagement), la experiencia del empleado (Employee Experience), la evolución de las culturas corporativas y el enfoque de un propósito trascendente que conecte a la empresa y sus marcas con las expectativas sociales.
La próxima semana ampliaré los otros dos contextos claves para la acción: el mercado y la sociedad.
El autor es consultor en comunicación estratégica