El capital social es un concepto sumamente poderoso, que ha sido desarrollado desde sus inicios por uno de los pensadores más importantes de América Latina, Bernardo Kliksberg. Cuando hablamos de capital social, nos referimos a las redes de personas que comparten normas y valores y que facilitan la cooperación dentro o entre los grupos.
Un ingrediente indispensable para construir capital social es la confianza, sin esta, es casi imposible promover el desarrollo económico y social, terminando por minar el futuro de los países.
Nuestra era se caracteriza por la desconfianza de los ciudadanos hacia las instituciones y en este sentido, el último Barómetro de la Confianza, elaborado por la prestigiosa empresa de consultoría Edelman para el Foro Económico Mundial, refuerza esta apreciación. Los ciudadanos han perdido la fe en los políticos y creen que no son ellos quienes solucionarán los problemas, así que han puesto el foco en las empresas. El 75% de los encuestados dice que confía en las empresas que los emplean, comparado con el 48% que se fía del Gobierno. Esta mayor confianza en las empresas no es gratuita, sino que viene acompañada de una creciente exigencia a los líderes de las compañías. Por ello, se espera que los líderes empresariales tengan un papel activo en la lucha por cambiar el sistema y, de hecho, 76% de los encuestados dice que quieren que el CEO de su empresa lidere ese cambio en lugar de que los Gobiernos lo impongan.
Según Richard Edelman, CEO de Edelman, estamos ante un nuevo contrato entre empleado y empleador al que denomina “Trust at Work”(confianza en el trabajo.) De acuerdo con el directivo de la consultora, este contrato es predicado en las compañías tomando cuatro tipos de acciones específicas:
Liderar el cambio: establecer una meta ambiciosa que atraiga a los empleados con conciencia social y hacerla una parte central del objetivo de negocios.
Empoderar a los empleados: mantenerlos directamente informados en asuntos del día a día y darles una voz en los canales correspondientes. Comenzar localmente: tener un impacto positivo en las comunidades en las que se opera. Liderazgo del CEO: este debe pronunciarse directamente sobre los asuntos relevantes.
Las compañías inteligentes construirán la confianza desde adentro hacia fuera, con su empleador como centro y de allí la importancia de trabajar de inmediato en la cultura corporativa y la comunicación interna.
El autor es consultor en comunicación estratégica