La ruta de Santa Fe



A finales de agosto de 2015, una semana después de la muerte de mi querido padre, el profesor Alberto Quirós Guardia, sentí la necesidad de retirarme para reflexionar sobre su legado y sus luchas libertarias. Uno de los temas que inmediatamente vino a mi mente fue el relacionado con la desaparición física del padre Héctor Gallego, ocurrida hace más de 45 años, y que a pesar de los muchos esfuerzos realizados por mi padre, entre muchos otros, aún no ha sido esclarecida.

Fue así como llegué a Santa Fe de Veraguas, para conocer sobre la vida y obra del padre Gallego y conversar con las personas más cercanas a él, un hombre de Dios que dejó una huella imperecedera entre sus seguidores y otros miles de panameños, quien probablemente será debidamente resaltado, en el marco de la próxima Jornada Mundial de la Juventud en 2019.

Su recorrido por trillos y senderos agrestes hacia hermosos lugares de muy difícil acceso constituye el marco ideal para una ruta de peregrinaje y crecimiento personal, matizada por los múltiples atractivos naturales y culturales de la región. Santa Fe tiene suficientes elementos para desarrollar el turismo desde su ámbito histórico y religioso, ecológico y de aventura, étnico y gastronómico, científico y rural comunitario, entre muchos otros.

Originalmente, se planteó la creación de una ruta turística que partiera desde la ciudad de Santiago hasta Santa Fe, con escala en San Francisco de la montaña, en cuya iglesia centenaria Héctor celebró su primera eucaristía; posteriormente, en acuerdo con miembros de la comunidad y representantes de la Cooperativa La Esperanza de los Campesinos, fundada hace 49 años por “el cura de Santa Fe”, se replanteó el concepto.

El actual proyecto considera la promoción del destino turístico, a través del diseño de variadas rutas y circuitos que partirán desde la comunidad de Santa Fe hacia los senderos que una vez trazó Héctor Gallego en su incansable caminar evangelizador. Proporciones guardadas, la idea es replicar las condiciones que han hecho del Camino de Santiago de Compostela, un destino de clase mundial que atraiga cada año miles de visitantes locales y extranjeros.

Todo esto implica un diagnóstico de la situación actual y del impacto ambiental y social que se podría generar; el inventario y clasificación de los sitios y atractivos turísticos; la necesaria sensibilización y capacitación de los lugareños; la creación y desarrollo de toda clase de emprendimientos; la instalación de un centro de información y distribución turística; el diseño e implementación de normas y estándares de calidad, y mecanismos de evaluación y control.

Inspirados por nuestra fe, hemos emprendido esta iniciativa que bien podría poner en el mapa del turismo mundial a esta humilde comunidad, generando toda clase de emprendimientos y empleos dignos para su población y mucho más allá de ella. Se trata de una ruta única, que representará un homenaje permanente de los panameños a un verdadero líder cristiano, comprometido con Panamá.

De manera entusiasta y responsable, a través del Centro de Investigación y Desarrollo Turístico (CIDT), hemos presentado nuestro proyecto a la consideración de la Autoridad de Turismo de Panamá, a la Cooperativa de Santa Fe y a instituciones financieras internacionales, seguros de que se trata de una excelente oportunidad para generar riqueza y distribuirla de manera equitativa, propiciando una mejor calidad de vida a la población de Santa Fe, tal cual fue el deseo de mi padre y el de nuestro mártir Héctor Gallego.

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