EL DÍA DESPUÉS DE LA MORATORIA

SBP establece norma para créditos modificados

SBP establece norma para créditos modificados
Las grandes empresas han solicitado a la banca la modificación en las condiciones de préstamos que suman $7,854 millones. Archivo


Producto de la crisis económica, el cierre de empresas, la pérdida de empleo y la consecuente moratoria en el pago de los compromisos bancarios aplicada hasta el mes de diciembre, los bancos que operan en la plaza han modificado créditos por un monto de 27 mil 908 millones de dólares.

La suma, registrada por la Superintendencia de Panamá (SBP) hasta el cierre de esta semana, representa el 50% de la cartera de créditos en el país.

Se trata de 900 mil 530 créditos modificados, que producto de la Covid-19 no se han podido pagar o se abonan con un monto mucho más bajo que el pactado originalmente.

Con respecto a lo reportado una semana antes, hay 1,834 créditos modificados adicionales, lo que visibiliza un enorme reto cuando a partir del 1 de enero ya no aplique la moratoria, los bancos empiecen a cobrar y los clientes se vean obligados a pagar.

“ Panamá tiene el centro bancario de más relevancia en América Latina y es considerada una plaza bancaria prudente, con excelentes niveles de solvencia y liquidez. Sus bancos se rigen por las normas internacionales de contabilidad, las cuales requieren que se traten de estimar las pérdidas futuras”.

Carlos Berguido, presidente ejecutivo de la ABP.

Este tópico ha sido un tema de discusión recurrente entre las empresas crediticias y el ente regulador. Surgen preguntas de cómo manejar estos créditos a partir de 2021, su clasificación respecto al riesgo de impago y el impacto que tendrán en los resultados del negocio bancario y los clientes.

Los bancos corresponsales y las calificadoras de riesgo han reconocido ante las autoridades de la SBP su preocupación de cómo se le hará frente a lo que está por venir desde el punto de vista operativo.

“En todo el mundo, los bancos enfrentan la realidad de que un número importante de los préstamos que mantienen personas y empresas no podrán ser recuperados, lo que se traduce en pérdidas de proporciones históricas”, reconoce Carlos Berguido, presidente ejecutivo de la Asociación Bancaria de Panamá (ABP).

Ello ha obligado a reconocer pérdidas futuras que tendrán en sus préstamos, las cuales se convierten en reservas contables que deben ser registradas en los estados financieros e impactan el estado de resultado y el balance de los bancos.

Por cuenta propia, los bancos en Panamá empezaron a aumentar sus provisiones, pero dadas las dramáticas cifras de desempleo que se esperan al cierre del año, y entendiendo que cada entidad enfrenta una realidad distinta, el regulador trazó la ruta respecto a este tema.

La junta directiva de la SBP aprobó un nuevo acuerdo al que deberán acogerse los bancos y en el que se plantea la mecánica que se deberá seguir anticipando la nueva realidad del mercado y de los clientes a partir del próximo año, reveló Gustavo Villa, secretario general de la entidad.

Se espera que dicho acuerdo se haga oficial una vez salga publicado en la Gaceta Oficial esta semana.

La norma establecerá una nueva denominación para el manejo contable de los préstamos que fueron modificados y el cálculo de las provisiones de estos créditos por parte de los bancos, explicó el funcionario.

Cifras relevantes

$4,367 millones se espera recibir en pagos de capital para los créditos modificados.

$1,026 millones se han recibido a la tercera semana de septiembre, es decir, el 24% de lo que se esperaba.

56% de los préstamos modificados se encuentran en la cartera de consumo, liderando la cartera hipotecaria con $10,765 millones, la cual representa el 38% del total de la cartera modificada de los bancos.

Ello es importante, porque en condiciones normales y aplicando la contabilidad bancaria, un préstamo que no recibe pagos en 90 días automáticamente entra en una categoría de riesgo, que cuando va en ascenso (en la medida en que persista el impago) así mismo se deben incrementar las provisiones o reservas hasta cubrirlo totalmente.

Pero, teniendo presente que hay miles de préstamos que por casi un año no se han pagado, era imposible aplicar la norma por el choque adverso y fulminante que ocasionaría en el sistema bancario.

La solución, según el acuerdo que está por publicarse, fue poner toda la cartera que se acogió a la moratoria en una nueva categoría que se llamará “mención especial modificada”, precisó Villa.

Al estar en esta categoría, el banco puede hacer un manejo diferente para la clasificación del riesgo, lo que también le daría cierta tranquilidad al cliente, que no estará presionado pensando que la entidad se adjudicará en enero de 2021 una propiedad adquirida a través de un préstamo hipotecario que reporta falta de pagos por más de seis meses.

Para fijar las provisiones de la cartera “mención especial modificada” se hicieron corridas y un escenario matemático que consideró el decrecimiento económico que sufrirá el país y una tasa de desempleo del 15% al cierre del año, además del descuento de las garantías de los préstamos modificados, entre otros factores.

Este modelo arrojó que la provisión que se requería equivaldría al 3% del total de la cartera modificada, reveló Villa.

Ello significa que cada banco tendrá la obligación de hacer reservas o provisiones sobre el 3% de la cartera de préstamos en mención especial.

Dicho monto se obtendría de los ingresos del banco al cierre del año y de su capital, utilizando tres fórmulas, cuya aplicación dependerá del tamaño de la cartera en mención especial.

Al consultar sobre los detalles de este acuerdo, Berguido indicó que el acuerdo reglamentario de la Superintendencia es aún muy reciente y los bancos están en plena fase de análisis, “y seguramente en consultas para estar seguros sobre su correcta interpretación, pero en esencia aumenta el nivel tradicional de prudencia y conservadurismo de los bancos en Panamá”.

En este contexto, precisó que la profunda crisis económica que enfrenta el mundo entero ha afectado a todos los países y a todos los sectores de las economías, con muy pocas excepciones. “No tenga la menor duda que en 2020 los bancos de todo el mundo registrarán impactos de niveles inéditos en sus resultados, disminuyendo utilidades y produciendo pérdidas. El sistema bancario nacional no será la excepción”, dijo.

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