El mercado automovilístico francés, fuertemente golpeado por le coronavirus, cayó un 25.5% en 2020, regresando a su nivel de 1975, según datos oficiales publicados ayer.
En 2020, se vendieron 1.6 millones de vehículos particulares nuevos, frente a los 2.2 millones de 2019, precisó el Comité de Fabricantes Franceses de Automóviles (CCFA).
Ni siquiera durante las crisis de los años 1990 o 2000, habíamos caído por debajo de 1.7 millones de unidades vendidas, declaró el director de comunicación del CCFA, François Roudier.
El sector fue víctima del cierre de concesionarios y fábricas durante el primer confinamiento en primavera, y en general de la apatía de los consumidores con el telón de fondo de la grave crisis económica que ha generado el coronavirus.
Los fabricantes franceses PSA (Peugeot, Citroën, Opel) y Renault han resistido ligeramente mejor que el mercado, pero sus entregas cayeron 25.1% y 24.9% con relación a 2019, mientras que las matriculaciones de los fabricantes extranjeros se hundieron 26.1%, según el CCFA.
A pesar de estos números, Renault se consolidó como uno de los principales fabricantes en el viejo continente. El constructor francés apostó por las nuevas tecnologías de movilidad, y los vehículos eléctricos han sido una de sus principales metas para ganar nuevos adeptos, principalmente, jóvenes.