Con un sistema de pensiones en crisis y amenazando la economía panameña en todo su conjunto, han surgido voces de expertos y estudiosos que alertan sobre las consecuencias nefastas de no hacer nada para salvar el sistema público de pensiones o, en cambio, empujar reformas estructurales que le aporten sostenibilidad a largo plazo al subsistema exclusivo de beneficio definido de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM).
Pablo Gutiérrez, financista especializado en gestión de riesgos y seguros, hizo un análisis bajo el paraguas de la Fundación Libertad, en el que indica que sería fundamental establecer un sistema de pilares que sostenga el esquema pensional del país, lo que permitiría a los cotizantes tener mayores fondos disponibles para la jubilación y crear una cultura de ahorro.
A manera de ejemplo, y haciendo la salvedad de que se necesita analizar los números para identificar cómo se comportaría la entrada de fondos en cada uno de los esquemas, Gutiérrez explicó lo que serían los diferentes niveles en el sistema de pensiones, tomando como base las mejores prácticas de países como Dinamarca, Nueva Zelanda e Israel, pero sin hacer una fotocopia de sus modelos.
Falta de ingresos IVM
$823 millones fue el déficit en el subsistema exclusivo de beneficio definido en 2020, de acuerdo con informe de Junta Técnica Actuarial.
$1,100 millones es el monto que la CSS debe solicitar al fideicomiso del BNP, considerando el arrastre de défjicits entre 2018 y 2020.
Por ejemplo, en el “Pilar 0” se otorgaría una pensión universal que se financiaría con los ingresos fiscales del Estado a quienes no reciban ningún otro ingreso. El propósito de este pilar, que administraría la Caja de Seguro Social, es que todos los adultos mayores cuenten con un piso mínimo de ingreso y prevenir la situación de pobreza a quienes no contarían con una jubilación formal por factores como la informalidad.
En este caso, se podría tomar como referencia la mediana salarial para establecer el monto a pagar en concepto de jubilación.
En tanto, en el “Pilar 1” se establecería una contribución definida obligatoria del cotizante, basada en ingresos que entrarían en un esquema formal manejado por un ente público o privado.
Mientras que en el “Pilar 2” se fijaría una contribución definida obligatoria, basada en ingresos que entran en una cuenta de ahorro individual. Por ejemplo, un 3% del salario entra a una cuenta manejada por una Administradora de Fondos de Pensión.
Los pilares 1 y 2 irían “casados” porque sus ingresos saldrían del aporte del seguro social que pagan los cotizantes.
En tanto, en el “Pilar 3” se podría disponer de una contribución definida voluntaria, a criterio de cada persona, que entra en una cuenta de ahorro individual. Este pilar, a diferencia del anterior, tendría beneficios fiscales que van de acuerdo con lo aportado para incentivar el ahorro.
Para mejorar aún más los resultados del sistema de pensiones basado en pilares, Gutiérrez plantea la posibilidad de instaurar un plan que ha llamado “Ahorra Más Mañana” el cual establece en un contrato entre el empleado y el empleador, que un porcentaje de todos los aumentos salariales que tuviese vayan automáticamente a su cuenta de ahorro individual.
También se podrían igualar los aportes de los empleadores a las cuentas de ahorro individual, siempre y cuando el empleado realice aportes, hasta por un máximo en términos absolutos y con beneficios fiscales.
En este caso, si el empleado aporta $100 a su cuenta, el empleador le igualaría hasta un tope de $50, y esto le entraría como gasto deducible de impuesto.
Establecer estos pilares y los consecuentes sistemas de ahorro marcaría el fin del actual esquema piramidal de pagar las pensiones con las cotizaciones de los trabajadores activos, sabiendo que estos últimos son cada vez menos, mientras que aumenta el número de jubilados.
Esto, además, tendría que ir acompañado de una migración de cotizantes del subsistema exclusivo de beneficio definido al ya constituido sistema mixto, dependiendo del tiempo que les falta para jubilarse. Y de cambios en la edad de jubilación para aquellos que tengan de 5 a 14 años para jubilarse.
Esta nota se modificó este martes, 2 de marzo de 2021, a las 6:40 a.m. Se escribió: Los pilares 1 y 2 irían “casados” porque sus ingresos saldrían del aporte del seguro educativo que pagan los cotizantes. Lo correcto es: Los pilares 1 y 2 irían “casados” porque sus ingresos saldrían del aporte del seguro social que pagan los cotizantes.