Varias startups se están convirtiendo en los operadores más grandes de la industria de la comida en Panamá. Se trata de Appetito24, Uber Eats, Glovo y Saborea; empresas que han cambiado la forma de consumo y la manera en la que se despachan alimentos servidos.
Los llamados delivery emplean a cerca de 500 personas y utilizan la tecnología como su mejor aliado para rastrear cada una de sus operaciones, convirtiéndose en una especie de “socios” de los restaurantes.
No tienen restaurantes, ni cocina ni camareros. Su trabajo consiste en apoyarse en una flota de conductores y motorizados atentos a cada pedido y proceso logístico, ofreciendo su servicio las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
Leonardo Zambrano, cofundador de Appetito24, plataforma con tres años en el mercado local, asegura que el 95% de los restaurantes en ciudad de Panamá ha incorporado este tipo de servicio para ahorrar costos y llegar a más consumidores.
“Para nadie es un secreto que la logística y los costos del servicio delivery son todo un reto, ya que estos pedidos tienen picos en el día, y además es un servicio que se equipara a tener una nueva sucursal”, asegura Zambrano.
La plataforma actualmente tiene 500 restaurantes afiliados, 400 repartidores y más de 30 colaboradores en áreas administrativas.
El objetivo de los servicios de comida a domicilio es ahorrar tiempo a los consumidores y aumentar la productividad de los restaurantes, algo que funciona bien en la caótica ciudad capital, donde circula cerca del 80% del millón de autos que hay en el país.
“El éxito de la aplicación no se debe únicamente a llevar la comida de un punto a otro, sino de generar oportunidades económicas independientes y flexibles para los socios repartidores, así como potenciar el negocio de restaurantes con una cartera de clientes más extensa, y vendiendo más y en diferentes ocasiones”, asegura Julie Robinson, gerente de Comunicación de Uber Centroamérica y el Caribe.
La plataforma, que entró al mercado de delivery el pasado mes de julio, con más de 100 restaurantes en la capital, no descarta la posibilidad de expandir su servicio hacia otras ciudades del país. “Los consumidores desean más comodidad y opciones al momento de comer”, dijo el ejecutivo.
¿Cuánto factura?
Se estima que el delivery factura $60 mil 342 millones anuales entre Estados Unidos, Europa y Asia, y que cada cliente desembolsa una media al año de entre $158 en China y $395 en Estados Unidos.
En Panamá no hay cifras o análisis de cuánto es el gasto que hacen los consumidores en comida a domicilio. Sin embargo, se trata de un mercado con gran potencial.
Se calcula que los restaurantes en el país mueven al año $535 millones, una factura repartida en más de 4 mil pequeñas, medianas y grandes cadenas, de acuerdo con los datos de la Asociación de Restaurantes y Afines de Panamá.
Zambrano, de Appetito24, señala que han podido detectar que los usuarios de la plataforma hacen pedidos entre dos y tres veces por semana.
La mayoría de los consumidores que usa este servicio lo hacen desde la oficina en la hora del almuerzo y en la noche desde la casa.
Por su parte, Robinson explica que las entregas a domicilio dejaron de ser una opción de solo comida rápida, y se adaptaron a diferentes ocasiones, gustos, dietas y presupuestos.
¿Cómo funciona?
Para hacer un pedido, los usuarios tienen que seguir una serie de pasos que comprenden: descargar la aplicación, abrir una cuenta de usuario, elegir lo que quiere pedir y seleccionar el método de pago más conveniente.
Las alternativas que se ofrecen en la plataforma van desde una clásica hamburguesa, platos típicos panameños, hasta bandejas para compartir.
Los precios de los platos en cada una de sus presentaciones pueden estar entre $4 y $25. Mientras que por el servicio de entrega, los consumidores pueden pagar hasta $3.50.
La mayor piedra en el zapato es la satisfacción del cliente. El tiempo es crítico, y la velocidad de la entrega decide el éxito o el fracaso.
“Ambos son retos importantes en los que trabajamos fuertemente para dar una buena experiencia al comensal. Históricamente, el delivery de comida ha sido lento, con poca oferta gastronómica y poco confiable, pero gracias a la tecnología está cambiando este concepto”, señaló el representante de Uber para Latinoamérica.