La semana pasada compartí las primeras dos tendencias para el año 2022. La primera: los criterios ESG serán la vara para medir el desempeño corporativo y entramos en una nueva era de gestión sostenible de negocios. La segunda está relacionada al reto de abordar el metaverso como un nuevo contexto de experiencia de marca.
La tercera tendencia es entender que el riesgo reputacional está omnipresente. El riesgo y la incertidumbre no son una novedad, tampoco lo es el riesgo de la pérdida de reputación. Lo interesante es que este riesgo se ha mantenido en el ranking de los 10 riesgos más críticos en los últimos 10 años en la mayoría de los estudios sobre riesgos corporativos.
Un estudio conjunto de Aon y Pentland Analytics revela que una crisis de reputación importante hará que los accionistas puedan perder una media del 26% del valor en algún momento del año posterior a la crisis.
La cuarta tendencia es el poder de la cultura corporativa. La comunicación externa siempre ha sido la más popular, pero en estos nuevos tiempos mirar hacia adentro ofrece oportunidades y ventajas competitivas inigualables.
¿Pero qué está pasando? El listado es largo pero empecemos por lo más evidente: transformación digital acelerada, reestructuraciones por todos lados, fusiones y adquisiciones en auge, modelos de trabajo híbridos, tres o cuatro generaciones trabajando bajo un mismo techo, la salud mental de las personas es una prioridad por atender; entre otros aspectos.
Es por ello que la gestión de la cultura corporativa y el cambio organizacional son medulares. Por ejemplo; el año 2021 fue un año récord de fusiones y adquisiciones (F&A). Tan sólo en los primeros ocho meses del año hubo un aumento de 36.9% en el número de operaciones totales a nivel global y una subida de 176% en su importe en comparación con el mismo periodo del año anterior. El valor de las F&A podría superar los 5 millones de millones de dólares al cierre del año, un nivel desconocido desde 2007, según la unidad de inteligencia de Bloomberg. La integración de culturas es un factor estratégico para el éxito de estos acuerdos.
Otro aspecto se refiere a la salud mental. Con la pandemia es necesario prestar mayor atención a las personas y aquellos aspectos que afectan su vida y que han adquirido una gran relevancia en la gestión del talento. Es por ello que las estrategias de salud mental y bienestar hoy tienen una importancia vital dentro de las empresas.
Un último aspecto a resaltar es la automatización del trabajo. Según el Foro Económico Mundial, los procesos de automatización crearán un total de 97 millones de nuevos puestos de trabajo para el año 2025. Esto hace que los roles de los trabajadores cambien para adaptarse a las funcionalidades que cubren estas nuevas tecnologías en desarrollo.
Por lo pronto le deseo un feliz año 2022, apreciado lector. La próxima semana ampliaré este tema con nuevas tendencias.
El autor es consultor en comunicación estratégica