Tendencias para las marcas 2020



En estos días varias empresas y expertos están presentando sus informes y planteamientos sobre las tendencias en el marketing y la comunicación para el año 2020. A diferencia de otros años, los datos que hasta ahora he podido revisar no me sorprenden, particularmente porque algunos ya han dejado de ser tendencia y ya están instalados en las conversaciones entre las marcas, los consumidores y la sociedad en general.

Sin embargo, los aportes de estos grupos de expertos si ofrecen una guía que pueden seguir las marcas en los tiempos por venir para ser relevantes, en un mundo cada vez más saturado de información y consumidores más críticos y avispados.

Según indica el estudio ‘Marketer’s Toolkit 2020’ del grupo Wark, el próximo año las marcas adoptarán una posición sobre los problemas sociales en el mundo, revisarán el impacto ambiental que generan sus productos y se enfocarán en la construcción de soluciones para abordar la falta de privacidad de datos. Su primera tendencia la llaman “el efecto Greta” y plantean que la activista Greta Thunberg puso el tema del medio ambiente en el centro de las discusiones; por ello 75% de los encuestados considera que las marcas necesitan evolucionar hacia el activismo.

Por su parte, la prestigiosa firma de consultoría Deloitte también ha presentado sus tendencias y aportan algo en lo cual creo profundamente y que las marcas han descuidado por la vorágine digital de nuestros tiempos. La firma plantea que el constante cambio tecnológico y la creciente dependencia de la tecnología digital pueden dejar a la gente deseosa de una conexión humana y aquí se abre una gran oportunidad para innovar.

En el Reporte “Global Marketing Trends” (Tendencias Globales de Mercadeo), Deloitte identificó siete tendencias en las que las empresas deberían centrar su atención en los próximos 18 a 24 meses, para vivir y proyectar una conciencia social y más humana. Las siete tendencias son: experiencia humana; propósito; participación; confianza; fusión, agilidad y talento. En esta y la próxima entrega ampliaré algunas de las más interesantes.

Por lo pronto, la propuesta de elevar la experiencia humana me parece que no tiene desperdicio. Según el informe, si bien las tecnologías digitales facilitan nuestras vidas, pueden erosionar los elementos fundamentales de la conexión humana. Cuando las conexiones digitales carecen de un toque humano, las personas pueden sentirse aisladas, mal representadas e insatisfechas, tanto en el ámbito personal como profesional. Deloitte llama a éste fenómeno la “deuda de la experiencia”. Para pagar esta deuda de experiencia, las organizaciones y sus ecosistemas deberían centrarse en elevar la experiencia humana. Para las empresas esto significa esforzarse por abordar las necesidades humanas de conexión que aún no se unen mediante la alineación de clientes, colaboradores y otros actores con un propósito común.

Lo interesante es que muchos informes sobre tendencias de este año muestran una interrelación entre sus propuestas. La próxima entrega hablaré más de esto.

El autor es Gustavo Manrique Salas.

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