Uruguay redirige gastos para evitar un alza de impuestos

Uruguay redirige gastos para evitar un alza de impuestos


Uruguay se compromete a reducir su déficit y encauzar la economía sin recurrir a los grandes aumentos de impuestos al sector privado que otros países sudamericanos buscan para financiar el gasto por la pandemia, dijo la ministra de de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche.

En su lugar, el presidente Luis Lacalle Pou aplicó un impuesto temporal sobre la renta a un pequeño grupo de funcionarios públicos y redirigió $660 millones en gastos innecesarios para combatir la pandemia.

“No contemplamos un aumento de los impuestos en este momento. El camino para la mejora fiscal es a través de una mayor eficiencia en el gasto estructural”, dijo en una entrevista Arbeleche, una de las pocas jefas de finanzas en América. “No se está cargando a la población la mejora fiscal”.

El aumento de los impuestos, especialmente a las empresas y los ricos, para financiar programas de estímulo y reducir el déficit ha ganado apoyo en toda América en los últimos meses. En Argentina, el impuesto al patrimonio permitió recaudar $2,400 millones, mientras que los legisladores chilenos quieren aumentar los impuestos a los ricos y a las empresas mineras. Una ley tributaria mal comunicada en Colombia, que habría afectado a la clase media y a los pobres, desencadenó días de disturbios y derramamiento de sangre.

Un gasto más eficiente y un aumento previsto en los ingresos fiscales a medida que la economía se recupere ayudará a financiar $900 millones en ayuda para la pandemia y reducirá el déficit del sector público, que alcanzó el 6% del producto interno bruto en 2020, a alrededor del 4.3% este año, dijo Arbeleche. “No se pueden postergar las mejoras fiscales”, afirmó.

Bajo crecimiento

Después de haber logrado contener la pandemia durante la mayor parte de 2020, Uruguay ahora tiene una de las mayores tasas de contagio y mortalidad por millón de habitantes en el mundo, debido a la complacencia de sus ciudadanos, a la propagación de la variante P1 de Brasil y a la decisión del Gobierno de abstenerse de implementar estrictas medidas de restricción. Un programa de vacunación que ha administrado dos vacunas a más de una quinta parte de los 3.5 millones de habitantes del país está aún a semanas de reducir los contagios.

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