Con 10 millones de dólares al año, Japón es el destino número 16 para los exportadores panameños. El 40% de los envíos a esas tierras corresponden a carne.
Le sigue el café con el 15%, productos del mar, con el 11%; helechos, con 6%; y piña, con el 4%.
Con una población de 126 millones de personas, el 60% de los alimentos que consumen los japoneses son importados, lo que brinda una oportunidad a los exportadores panameños, pero al mismo tiempo también plantea retos.
Ritter Díaz, exembajador de Panamá en Japón y consultor comercial, calificó al consumidor nipón como exigente. Se trata de un cliente al que no le gustan los productos baratos, que demanda una mayor especialización y detalle en el empaque, así como información minuciosa sobre la elaboración de los productos y su origen.
A nivel macroeconómico, la falta de un acuerdo comercial entre Panamá y Japón complica la relación comercial, y por eso Díaz recomienda al Gobierno acercarse a importadores japoneses de mediano tamaño para introducir más productos nacionales.
En su opinión otros productos que tendrían una demanda importante entre los consumidores japoneses son las orquídeas, las frutas deshidratadas, y productos elaborados que se diferencien del resto.
“Hay países asiáticos que tienen una oferta exportable similar a la de Panamá en el tema de frutas y nos ganan por la cercanía, así que debemos ofrecer algo que haga especial a nuestros productos”, comentó.
Díaz participó en un conversatorio organizado por el Ministerio de Comercio e Industrias, en colaboración con la Cámara de Comercio de Chiriquí, en el que se explicó los puntos que deben tomar en cuenta los exportadores panameños si quieren hacer negocios en la nación asiática.
Ricardo González, especialista chileno en el mercado nipón, y quien tiene 26 años de vivir en ese país, señaló que es importante brindar toda la información posible al importador japonés, desde el origen del producto, cómo se cosechó, qué alimentos comió el animal y que beneficios ofrece a la salud el producto.
Un factor que juega a favor o en contra de un producto importado es el empaque. González señala que entre más fácil de abrir, más aceptación tendrá en ese mercado.
“Toda la información tiene que ir acompañada con material visual, certificaciones, opinión de expertos sobre las cualidades del alimento”, señaló.
Comentó que el precio que pagará el importador estará condicionado al suministro que pueda garantizar el vendedor, ya que las empresas japoneses buscan establecer relaciones a largo plazo.
En ese sentido, Díaz agregó que al ser Panamá un país pequeño, no puede competir con otras naciones como Chile y Brasil, que son grandes exportadores por volumen, pero que los productores nacionales pueden apostar a la especialización, tal como ocurrió con el café Geisha.
El director de Exportaciones del Ministerio de Comercio e Industrias, Eric Dormoi, comentó que otros productos panameños que pueden encontrar nuevos mercados es el cacao y el pixbae. Recomendó a los productores que deseen explotar la opción de exportar que ingresen a la página www.intelcom.com.gob.pa (Inteligencia comercial), donde existe información sobre los pasos a seguir sobre el comercio exterior.
Díaz y González coinciden en que otros productos que tienen una alta demanda en Japón son los relacionados con la salud y la belleza, más si son naturales.
Para el presidente de la Cámara de Comercio de Chiriquí, Felipe Venicio Rodríguez, Panamá está apostanto a la inversión para mejorar la producción, pero señala que hay un obstáculo que impide acceder a la industria cárnica a nuevos mercados y es el laboratorio de toxicología, punto que ha impedido certificar las plantas panameñas.
“Nuestra producción de carne es ecológica, porque los animales se alimentan de pasto, y no de grano, lo que hace una gran diferencia”, añadió Rodríguez.