El valor comercial de la genética

El valor comercial de la genética


Guatemala y Nicaragua serán en 2018 los nuevos mercados de exportación de embriones bovinos mejorados genéticamente en Panamá. Precisamente, en los laboratorios de la empresa Born Animal Technology, situados en Ciudad del Saber desde el año 2008.

Desde que abrió sus puertas, el laboratorio suma 21 mil embriones transferidos y cerca de 7 mil 200 preñeces entregadas a alguna de las 42 fincas en todo el país y otras 10 en el extranjero.

Honduras y República Dominicana fueron sus primeros destinos en el exterior. En el segundo de estos países, uno de sus clientes, la dominicana Embriodom, compró el laboratorio que habían instalado allí en 2012.

“La fertilización in vitro permite multiplicar de manera masiva y más rápido un animal mejorado genéticamente, tanto macho como hembra. La hembra de manera natural solo puede tener una cría por año en su punto más eficiente. Con estas técnicas puede tener hasta 70 u 80 crías por año”, explica José Ramón Sánchez, médico veterinario y gerente general de Born Animal Technology.

El proceso toma hasta nueve días y consiste en sincronizar el ciclo estral de las vacas que servirán como vientres de servicio; extraer los ovocitos de la vaca de mejor genética; en el laboratorio se coloca en estos el semen del toro, y luego se deposita el embrión en las receptoras.

Contabilizando los negocios que esperan hacer el próximo año, tanto a nivel local como internacional, la empresa estima que ingresará unos $900 mil solamente por procesos de fertilización in vitro, sin tener en cuenta los servicios de criopreservación de semen bovino y la inseminación artificial a tiempo fijo.

La empresa importa genética desde Brasil y Estados Unidos e insumos por cerca de $70 mil al año.

‘HUB’ DE GENÉTICA

Como si a Panamá no le sobraran ventajas por su posición geográfica para distintas actividades, también lo es en ganadería. Según los médicos veterinarios consultados, el país no padece de ninguna enfermedad, viral o bacteriana, que pueda tener alguna incidencia en el comercio de genética tanto de animales vivos como embriones y semen de bovino.

El negocio de esta empresa se concentra en estos últimos dos. Gracias a esta ventaja que mencionan los expertos, Panamá firmó en 2007 un protocolo sanitario para intercambiar genética en forma de semen y embriones desde Brasil, principal país ganadero de América Latina.

Por ese entonces, el médico veterinario Luiz Nasser, director de la empresa y doctor en reproducción animal, veía la posibilidad de hacer de Panamá un sitio ideal para importar y exportar genética bovina.

Como en países ganaderos como Brasil, Uruguay, Paraguay o Argentina han tenido enfermedades como la “vaca loca” o aftosa, su genética no puede exportarse a otros países. Solamente puede hacerlo el embrión o el semen congelado en nitrógeno a -195 grados celsius. Y aquí es donde Panamá entra en esta industria y se vuelve pionero en Centroamérica.

“Teníamos la idea de crear en Panamá un hub genético para exportar genética u obtener la mejor genética bovina del mundo y poderla exportar. Que Panamá se situara en el mercado no por volumen, sino en calidad”, agrega Sánchez, y advierte de que el país tiene gran espacio para crecer en esta industria que seguirá en expansión.

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