Una sorpresa: el bolívar, la erosionada moneda de Venezuela, está estable desde octubre tras años de violenta depreciación. Un costo: más de 2 mil millones de dólares inyectados por el Estado al mercado cambiario. Un objetivo: frenar la inflación.
El Banco Central de Venezuela (BCV) lanzó, según la consultora Aristimuño Herrera & Asociados, 2 mil 292 millones de dólares en 2021 y lo que va de 2022 para aumentar la oferta y amarrar la cotización del bolívar respecto a la moneda estadounidense.
La inflación cerró 2021 en 686%, de acuerdo con el BCV, la más alta del mundo, pero varios escalones por debajo de los años recientes: 130 mil % en 2018, 9 mil 585% en 2019 y 3 mil % en 2020.
“Estás ofertando dólares por encima de la demanda y eso te genera estabilidad en la tasa”, comenta César Aristimuño, director de la consultora.
Sin revelar montos, el BCV reconoce 29 intervenciones desde octubre de 2021, cuando una nueva reconversión restó seis ceros al bolívar (1 millón, a efectos contables, se convirtió en 1 bolívar) y el gobierno prometió recuperar la confianza en la moneda local. Este mes entra en vigencia un impuesto de 3% a transacciones en divisas y criptomonedas.
El dólar tomó las calles venezolanas en 2019 tras una proscripción de 15 años por un control de cambios que debió flexibilizarse por problemas de caja.
Pero “la moneda de curso legal es y seguirá siendo el bolívar”, insistió Delcy Rodríguez, vicepresidenta y ministra de Economía y Finanzas, al presentar cuentas ante el Parlamento.
Desde octubre, la cotización oficial del dólar pasó de 4.18 a 4.34 bolívares, una depreciación de 3.69% luego de alcanzar 76% en 2021, hasta la reconversión; y más de 95% cada año en 2018, 2019 y 2020.
Con un PIB que cayó más de 80% en ocho años de recesión hasta rebotar, según el gobierno, un 4% en 2021, “nuestra economía es tan pequeña que una política como esta es aplicable.
El asunto es cuánto tiempo vas a poder sostenerla, dice Henkel García, director de la firma Econométrica. “Va a ser creciente lo que necesitas” inyectar.
Según fuentes de Aristimuño Herrera & Asociados, el BCV inyectó unos mil 500 millones de dólares al mercado cambiario en 2021 y 792 millones en el primer trimestre de 2022.
Algunos expertos consideran que el gobierno quema reservas internacionales, pero Aristimuño y García sostienen que los dólares ofertados provienen de mejoras en el ingreso petrolero de Venezuela por el alza de los precios del crudo y una recuperación, aunque limitada, de la producción de la estatal PDVSA.
La producción de PDVSA, que superaba los 3 millones de barriles diarios (bd) en 2014, se derrumbó hasta 400 mil bd en 2020.
Hoy está en 680 mil bd, según la OPEP. El BCV reporta reservas de 10 mil 800 millones de dólares, menos de la mitad que en 2014 y un tercio que en 2007.
Ello incluye 5 mil millones asignados por el FMI en un plan global para aumentar la liquidez en medio de la pandemia de la Covid-19, que no se han entregado por los cuestionamientos a la reelección del presidente Nicolás Maduro en 2018, desconocida por medio centenar de países, entre estos Estados Unidos, y denunciada como fraudulenta.
La liquidez en bolívares sube, pero la liquidez en dólares -masa que se mueve, en gran parte, al margen del sistema bancario- es más de cuatro veces mayor, según estimaciones privadas.