La paralización de las actividades económicas y las normas de distanciamiento social por la Covid-19 han dado un impulso decisivo al comercio electrónico en el país.
Aunque las ventas en línea pueden representar en el país apenas el 20% de las presenciales, este es el único camino para consumidores y proveedores de productos y servicios.
Tras más de cuatro meses cerrados y con un inventario de más de 20 mil vehículos nuevos, algunos distribuidores han optado por un cambio de timón dirigido hacia la comercialización de automóviles online.
En este camino, los distribuidores se han encontrado con grandes obstáculos: la baja demanda debido a temas culturales, [ya que el panameño no está acostumbrado a comprar este tipo de producto por internet] y fallas en la digitalización de trámites institucionales, como la placa y el registro vehicular.
No hay que olvidar que la compra de un auto es la segunda inversión más importante de una familia promedio, por lo que esta actividad vería una caída dramática al finalizar el año, debido a la incertidumbre económica y la pérdida de ingresos de miles de panameños.
Un portavoz de la Asociación de Distribuidores de Automóviles de Panamá (Adap) descarta que a partir de ahora todo se realice a través de los canales digitales, sin embargo, es “importante que las autoridades avancen en la digitalización de los procesos, de tal manera que estos puntos estén cubiertos cuando se haga la apertura de la actividad”.
La venta de automóviles se encuentra en el tercer bloque del esquema de reactivación, que aún está pendiente por una fecha de reapertura. Mientras esto sucede, por cada mes que pasa se dejan de vender aproximadamente $140 millones de dólares, según la Adap. De ahí la necesidad de incursionar en nuevas modalidades de venta.
En el caso de los talleres de mecánica y servicios, los clientes por medio de procesos digitalizados han podido programar sus citas y comprar repuestos, sostiene Felipe Rodríguez, gerente del Grupo Felipe Rodríguez.
En el caso de ventas de artículos en línea, en estos momentos se da una mayor comercialización de componentes electrónicos, no así de autopartes o llantas, que requieren de un trato más directo.
La Adap estima que las ventas de automóviles disminuirán un 65% al cierre de este año.