Mónica Guzmán es la emprendedora detrás de Mi Vida Doméstica, una serie de tv web a través de la cual ella comparte graciosísimos relatos de cómo es su vida con su #Mister y las travesuras de sus #Monstritos.
Hace unos días, me invitó a responder una interesante pregunta: “¿Qué pasaría si, cuando comenzaras tu vida doméstica, tus hijos te salieran con pocas ganas de emprender y tus hijas nacen con el chip de casarse para atender al esposo? ¿Qué harías?”
Voy a ser sincera, aunque todavía no empiezo una vida doméstica, ya había pensado en esto. En El Arte de Amar, Erich Fromm explica que estamos muy preocupados con encontrar (o criar) al objeto de nuestro amor: aquella persona que merece nuestro amor.
Fromm sugiere que, en cambio, debemos estar más preocupados con fortalecernos emocionalmente para aprender a amar de la mejor manera posible. Por eso, mi primera preocupación con mi futura vida doméstica no es qué tipo de hij@s que quiero tener, sino qué tipo de madre quiero ser. Eso dicho, hay un trabajo real que tenemos los padres para encaminar a nuestros hij@s.
“Encaminar” requiere crear el espacio para que ellos exploren cuál es su camino, no para que reproduzcan el nuestro. Imagino tres maneras de hacerlo:
1) Seguir viviendo mi vida: La crianza es 1/3 instrucción, 1/3 ejemplo y 1/3 a qué están expuestos.
En vez de tener un laboratorio de ciencias en mi casa, ponerlos a recitar poesía antes de la cena o entrenarlos a convertirse en líderes de pensamiento en contra del machismo - yo seguiré haciendo las cosas que a mí me gustan para proveer un poco de ejemplo y un poco de exposición.
Todos rechazamos o replicamos lo que ocurrió en nuestros hogares y creo que nuestra mejor apuesta es crear un hogar donde haya mucho que replicar.
2) Exploración guiada: Creo que la exploración guiada de un camino hace lugar para dos elementos casi opuestos: fortalecer habilidades que se pueden reconocer a través de desempeño académico o extracurricular e inspirar la búsqueda de otros posibles intereses. Creo que como padres es nuestro deber crear ese lugar para sus historias y saber que no solo nuestras historias/experiencias son los modelos a seguir para nuestros hij@s.
Me fascina la historia de Tinker Hatfield, quien había crecido pensando que sería atleta hasta que una lesión lo dejó fuera de la pista. Fue en ese momento cuando cayó en cuenta que también sabía dibujar. Al combinar su entendimiento del deporte con su nuevo interés por el diseño, terminó siendo el diseñador de todas las zapatillas de Michael Jordan.
3) Inspiración a la acción: No espero que mis hij@s sean emprendedores, pero sí espero que sean trabajadores. Soy fiel creyente de que no hay nada en este mundo (ni el dinero ni los viajes ni la comida ni el amor) que produzca la satisfacción personal que produce trabajar para cumplir con una meta.
Ser productivo, en el formato que sea, nos enseña más acerca de nosotros mismos, de las otras personas y de cómo funciona el mundo que cualquier otra cosa. A veces juzgamos a los jóvenes porque “no quieren hacer nada” pero es porque no quieren hacer nada de lo que nosotros consideramos relevante. Hay sueños grandes y sueños pequeños, sueños propios y sueños compartidos, y motivarlos a tomar acción acerca de cualquier sueño les permitiría entender qué quieren y cómo lograrlo.
Además, debemos saber que encontrar y armar su camino toma alrededor de 20 y 25 años, no 7 ni 10. Jamás los metería en todas las clases disponibles y mucho menos esperaría resultados antes del momento adecuado. Si a los 17 años estoy presionando a mis hij@s porque “son vagos”, estaría creando una expectativa irreal y frustrante para todos. Todo en esta vida llega en distintos momentos para distintas personas.
En vez de trabajar para corregir las personalidades de hij@s vagos o machistas, mi esfuerzo real sería educarlos con valores para evitarlo. Pero si después de todo, todavía son poco empáticos, altaneros y buenos para nada, aplicaré la de Nosotros los Nobles y los pongo a trabajar duro hasta que se les quite. Para los que no hayan visto la película, recomendadísima.