Al igual que otros países después del desastre de Fukushima en 2011, Suiza prometió abandonar la energía nuclear en los siguientes años.
Sin embargo, un grupo que se opone al uso de este recurso dice que el calendario del Gobierno suizo no es lo suficientemente rápido, y está presionando por un referendo esta semana que podría apresurar el plan de salida.
Los electores votarán hoy por una iniciativa impulsada por ambientalistas y opositores a la energía nuclear que de ser aprobada cerrará en el año 2029 la última de las cinco plantas atómicas de Suiza que hoy generan 40% de la electricidad del país.
Los sondeos sugieren una contienda cerrada en un tema que podría poner a Suiza en un camino similar al de la vecina Alemania. Los alemanes han acelerado agresivamente la transición a las energías renovables como la solar para estar a tiempo de dejar de usar la nuclear para 2022, un plazo establecido después del tsunami que devastó la planta nuclear de Fukushima, Japón, hace cinco años.
Como parte de un plan de energía que corre hasta 2050, el Gobierno suizo no planea reemplazar sus plantas nucleares existentes, las cuales pueden operar tanto tiempo como sean consideradas seguras.
Las plantas se cerrarán progresivamente a medida que concluya su vida útil, y el Gobierno ha dicho que necesita tiempo para cambiar a otras fuentes como la eólica, solar o de biomasa. Además, los cierres anticipados podrían hacer que el Gobierno —es decir, los contribuyentes— tenga que pagar compensaciones a los operadores de las plantas.