Reza el refrán: en casa de herrero, cuchillo de palo. Panamá es reconocido como uno de los centros de conexión más importante de la región, pero ese éxito no se replica a lo interno del país.
Mientras un pasajero puede llegar a más de 85 destinos internacionales de forma directa, tomando un vuelo desde el Aeropuerto Internacional de Tocumen, la oferta de viajes internos es bastante limitada e intermitente.
Desde 2012, Air Panamá ofrece vuelos internos diarios a las provincias de Chiriquí, Bocas del Toro y la comarca Guna Yala.
Unos años más tarde, Copa Airlines estableció vuelos regulares entre Tocumen y la ciudad de David, pero debido a los problemas que tiene la empresa por la paralización de los aviones MAX, fabricados por Boeing, la demanda supera la oferta de asientos, haciendo florecer las quejas de pasajeros insatisfechos.
A diferencia de lo que sucede en Panamá, en Colombia, 20 empresas se disputan un mercado de 240 rutas internas que son utilizadas por más de 25 millones de pasajeros al año. En el país vecino hay una demanda natural, por el tamaño de su mercado.
Pero en el caso de Panamá, la falta de conectividad interna es una debilidad para una economía panameña, que pone gran parte de su esfuerzo en atraer a turistas que visiten los destinos de playa, montaña y aventuras.
Esta falta de más asientos internos es una de las quejas constantes de operadores turísticos y hoteleros. Indican que, en ocasiones, se pierden oportunidades de negocios porque no hay disponibilidad para traer a grandes grupos de visitantes, que al final optan por viajar a Costa Rica o Colombia.
Ahora, dos empresarios buscarán llenar parte del vacío que existe en los cielos panameños, con una operación diaria a dos de los principales destinos turísticos del país: isla Contadora, en el archipiélago de Las Perlas, y Pedasí, en la provincia de Los Santos.
Jaime Fábrega y Alonso Arias de la Guardia, ambos pilotos de segunda y tercera generación, respectivamente, están detrás de este proyecto que esperan vea la luz en el segundo semestre del año.
Los pilotos tramitan todos los requisitos que exige la Autoridad Aeronáutica Civil (AAC) para aprobar el permiso de operación. Fábrega comenta que la idea surgió a finales del año pasado, en un vuelo que ambos realizaban.
“Entre Gran Caimán y Miami se materializó la idea que ambos teníamos, por separado, desde hace mucho tiempo. Y aquí estamos, con el proyecto en firme”, comentó Fábrega, al frente de la gerencia de operaciones y mantenimiento.
La operación contará con tres aeronaves modelo Islander, con capacidad para nueve pasajeros y dos tripulantes. Ofrecerán vuelos diarios a Pedasí e isla Contadora en su primera etapa.
Además, han hecho los primeros acercamientos con la gerencia de Tocumen S.A. para ofrecer vuelos entre las terminales domésticas de Panamá Pacífico (Panamá Oeste), Río Hato (Colcé), David (Chiriquí) y Colón, en caso que se genere suficiente demanda.
Arias, quien llevará la gerencia general de la aerolínea doméstica, indica que el nombre comercial es Aeroperlas, pero aclara que no está relacionada con la operación que en 2012 Avianca cerró, alegando malos resultados económicos.
“Esta es una operación nueva, la marca estaba disponible y la tomamos. Ahora solo somos dos socios” que buscan ofrecer una alternativa a los viajeros, comentó.
Agregó que desde la salida de Aeroperlas, que fue fundada por su familia y que posteriormente fue adquirida por el grupo Taca-Avianca, ha existido un vacío en el mercado en rutas.
En ocasiones, un turista puede demorar más tiempo en viajar desde la ciudad de Panamá a Contadora o Pedasí, que las horas que estuvo sentado en el vuelo que llegó desde otro país a la terminal de Tocumen.
Los empresarios panameños indican que sus planes parecerán ambiciosos al querer ofrecer un vuelo diario, pero señalan que es la única forma de ganar credibilidad y captar clientes regulares, en especial, aquellos que necesitan contar con un itinerario confiable para posteriormente no perder su vuelo internacional en el aeropuerto de Tocumen.
Operaciones
Una vez obtengan los permisos de la AAC, concretarán la compra de los tres aviones en Estados Unidos.
Además de la compra de los aviones que operarán desde la terminal Marcos A. Gelabert de Albrook, aeropuerto que definen como el más importante del país por su ubicación estratégica, Fábrega y Arias ya iniciaron con el proceso de selección de la tripulación y los técnicos.
Se calcula que hay disponibilidad de pilotos para llenar 15 vacantes.
Cada vuelo contará con un piloto y copiloto, con el objetivo que los dos sumen horas de vuelo. “Sabemos que seremos una empresa de paso, donde los pilotos ganarán experiencia para buscar otros retos en el futuro y eso está bien”, explicó Fábrega, quien la semana pasada sostuvo junto con su socio una reunión con el director de la AAC, Gustavo Pérez, a quien le presentaron los avances del proyecto.
Vuelos chárter
Adicional al inicio de operaciones de Aeroperlas, este año está programada la llegada de nuevos vuelos chárter, especialmente, desde Sudamérica, que es la región que más turistas aporta al turismo panameño.
El Fondo de Promoción Turística Internacional está aportando fondos para mercadear los vuelos que llegarán desde Colombia y Ecuador a las terminales de Río Hato y Panamá Pacífico, antigua base militar de Howard.
Entre las dos operaciones, que son responsabilidad de Wingo (filial de Copa Airlines) y Maxitravel, se espera la llegada de 24 mil viajeros.
También se pronostica que este año inicien las operaciones de un nuevo servicio de pasajeros a Bocas del Toro, sumado a los vuelos que está ofreciendo desde San José, Costa Rica, la empresa Skyway.