La destitución del director de la Policía Nacional se produce tras la divulgación de un video en el que agentes panameños expresan apoyo a sus colegas de Colombia, en momentos en que una ola de protestas aqueja al vecino país. Ni el uso desproporcionado de la fuerza por los estamentos colombianos, ni las denuncias al respecto por parte de la ONU, la Unión Europea y diversas organizaciones de derechos humanos fueron suficientes para impedir que, en un acto de dudosa iluminación, a una mente privilegiada en la Policía le pareciera oportuno expresar pública y elaboradamente su irrestricto respaldo a los autores de aquellas vejaciones. Tales manifestaciones de simpatía y solidaridad son una bofetada a la Constitución, que expresamente prohíbe a la Policía emitir cualquier tipo de apoyo a causas políticas y mucho menos a situaciones de otro país. Hoy corresponde reconocer que, si la remoción del director se dio a causa de ese video, la actuación presidencial ha sido rápida y oportuna y eso indica que en la misma forma debió haber sido en lo que se refiere a otras instituciones de la administración pública, como el Senniaf, donde, en contraste, se siguen protegiendo cabezas, o la Lotería, donde la única destituida, hasta ahora, es una funcionaria allegada de la parte denunciante.
Hoy por hoy
23 may 2021 - 05:02 AM