Aunque la conectividad aérea en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe se ha restablecido, quedan secuelas de la pandemia que tienen en vilo la sostenibilidad económica de la industria, a la par del temor de una nueva ola de contagios que desencadene más medidas restrictivas.
Un ejemplo es lo que está ocurriendo en el caso de Panamá que el Ministerio de Salud impuso nuevas normas para permitir bajo ciertas condiciones, el ingreso de personas procedentes de los países de Suramérica, como medida de prevención ante la detección de un caso de contagio con la nueva variante brasileña del virus. Ahora los viajeros que vengan de los países de esta región, tendrán que hacerse doble prueba de Covid-19 para venir a Panamá antes de abordar el avión y luego al llegar al país antes de ingresar a migración, e incluso guardar cuarentena preventiva de cinco días y volverse a aplicar la prueba.
Otros países están reprogramando vuelos y cambiando medidas para los viajeros como Argentina y Chile, mientras en la región en general avanza tímidamente la vacunación contra la Covid-19.
Rafael Echevarne, director general del Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI por sus siglas en inglés), de la región de América Latina y el Caribe, sostiene que actualmente la situación del transporte aéreo y de los aeropuertos en la región sigue siendo delicada.
El tráfico de pasajeros excluyendo Brasil y México registra una caída de cerca de 70% en comparación con el flujo que había antes de la pandemia. “Si se suman México y Brasil a la región, el tráfico está 50% por debajo de lo que era en 2019”.
México fue el único país del mundo donde no hubo restricciones, y en Brasil continuaron los vuelos domésticos por lo que el impacto ha sido menor. “Los aeropuertos han hecho su labor para implementar una serie de protocolos para que las operaciones sean seguras. La reducción del número de personas en los aeropuertos, la toma de temperatura, el uso de filtros de alta eficiencias en los aviones”.
Acota que los aeropuertos de América Latina fueron los primeros en implementar esas medidas y varias terminales incluyendo la de Panamá han recibido la acreditación sanitaria como aeropuerto seguro.
Echevarne, precisa que en esta recuperación aérea Panamá es clave. “El rol que juegan Copa y Tocumen es espectacular porque permite que todas las personas de la región se conecten no solo con las principales capitales sino también con otras ciudades. Forman un papel fundamental no solo para el desarrollo económico de Panamá sino de toda la región”.
Indica que la recuperación en la región será progresiva entre 2023 y 2024 y dependerá en gran medida del ritmo de vacunación. Insiste en que se deben armonizar las medidas para evitar una descoordinación que afecte la confianza de los viajeros.
“Hay un gran debate sobre el tema de los llamados pasaportes sanitarios para certificar las vacunas. Esto es una forma oficial de demostrar que el pasajero tiene una inmunización por vacunación o tiene un test de PCR o antígeno negativo de Covid-19. Esto daría seguridad y confianza a las aerolíneas, terminales, a los gobiernos y a los pasajeros”, refiere.
La ACI respalda estas herramientas bien coordinadas.
Precisa que a la par de todas las medidas de bioseguridad, los aeropuertos y los gobiernos no deben descuidar la sostenibilidad económica de la industria, y las inversiones pendientes para seguir siendo competitivos.
El gerente de la ACI confía en que el sector recupere el ritmo de vuelo. “Esta comprobado que el transporte aéreo no es factor de transmisión de la Covid-19. Con los protocolos aplicados no es necesario restringir el transporte aéreo, que es fundamental para el desarrollo económico de la región”, insiste.
NOTA: Esta información fue modificada a las 7:35 a.m. del 30 de marzo de 2021, para incluir la medida del Ministerio de Salud de Panamá de permitir el ingreso de viajeros de Suramérica con ciertas condiciones y otras medidas para viajeros en la región.