La adopción del Bitcóin como moneda de curso legal en El Salvador ha marcado un precedente importante para toda la industria tecnológica y los mercados financieros globales. Por primera vez, un criptoactivo, en este caso Bitcóin, ha sido adoptado como divisa oficial en un país.
¿Pero qué podemos aprender para Panamá de la apuesta salvadoreña por Bitcóin? La realidad es que en El Salvador y en casi todo el mundo, el mercado cripto ya existe y no para de crecer en montos transados y en número de usuarios. Varios países en Latinoamérica, entre esos Colombia y Venezuela han estado en el top 10 de países que más usan cripto en el mundo, y la situación no es muy distinta en Panamá. Siendo un centro financiero y comercial importante, miles de personas utilizan criptomonedas o criptoactivos (dependiendo del tipo y la definición) como mecanismo de inversión y transferencia de valores globalmente.
Uno de los puntos más relevantes que tomó en cuenta el gobierno de El Salvador para la adopción de criptomonedas fue el volumen de remesas que el pueblo salvadoreño recibe anualmente, principalmente desde los Estados Unidos, y que equivalen a alrededor del 20% del PIB.
En 2020 en Panamá el envió oficial de remesas según el Ministerio de Comercio e Industrias totalizó $355.3 millones e ingresaron $256.6 millones, sin contar lo que sale por otras vías informales. Estos trámites podrían ser más expeditos con criptomonedas. Lo sucedido con El Salvador creará las bases para entender el comportamiento de los usuarios en el país. Esta década es para los criptoactivos lo que los 90 fue para el desarrollo y crecimiento de internet. La adopción se acelera y los mejores casos de uso aún están por verse. ¿Veremos un mercado cripto regulado en Panamá pronto?