Los desafíos impuestos por la pandemia demandan a las empresas medir y gestionar adecuadamente el impacto que tienen sus acciones en las comunidades donde operan, con el fin de mantener la confianza pública, así como transmitir un sentimiento de lealtad al interior de la organización y construir un futuro más inclusivo. Tras la caída general de la economía, los modelos de negocios han sufrido diferentes impactos o, incluso, algunos han visto cómo sus ventas se han incrementado al aprovechar los cambios en hábitos de consumo.
En Centroamérica, el movimiento a un modelo operativo automatizado ha sido inevitable y es el próximo gran paso en la optimización de costo, efectividad operacional y eficiencia. Por ello, los líderes resaltan que sus estrategias están enfocadas a innovar activamente dentro del sector en el que operan, para ser disruptivos en el mercado.
En este sentido, la confianza entre los diferentes actores del mercado resulta crucial para dar forma a una recuperación sostenible. Aunque es común hablar sobre la lealtad de los clientes hacia una marca, la confianza hacia las organizaciones está relacionada con los valores, el propósito y lo sostenible que son sus estrategias, pero también con la medición que realizan de los temas ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG).
Las empresas necesitan moverse rápidamente hacia modelos que beneficien la productividad, eficiencia y experiencia de cliente, tomando en cuenta que dichas prácticas deberán priorizar la relación de su resiliencia comercial y operativa, con las crecientes demandas de nuevos consumidores, cuyos patrones de compra se basan en las acciones que toma la compañía a favor de todos sus grupos de interés.
De acuerdo con el informe KPMG 2021 CEO Outlook. Conectividad, la mayoría de las y los CEO (68% a nivel global, 78% en México, 66% en Centroamérica) afirman que el público espera que las empresas llenen el vacío existente ante desafíos sociales como el cambio climático y la equidad de género.
Asimismo, la confianza dentro de la propia organización es esencial para la atracción, desarrollo y retención del talento. La fuerza laboral se ha vuelto más exigente, esperando desempeñarse en empresas que coincidan con sus valores y ambiciones.
Los clientes y consumidores también prefieren asociarse con compañías que transmiten confianza mediante sus acciones, lo cual se refiere a cadenas de valor éticas o al aprovechamiento de temas como la economía circular.