Hace un año Panamá retomó oficialmente los vuelos comerciales luego de varios meses de paralización por el confinamiento impuesto debido a la pandemia de la Covid-19. El Aeropuerto Internacional de Tocumen, que durante meses operó solo vuelos humanitarios, se abría de nuevo para recibir pasajeros de todas partes del continente y conectar poco a poco al hub de las Américas. Muchos de los aviones de Copa Airlines que estuvieron estacionados en la terminal de Tocumen y otros enviados al desierto en Estados Unidos, retomaron sus operaciones. Ya la empresa registra 75% de asientos disponibles en 60 destinos a los que vuela.
El CEO y presidente ejecutivo de Copa Airlines, Pedro Heilbron, en entrevista con Martes Financiero, desde Boston, EU, donde se realizó la asamblea anual de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), reflexiona sobre la situación de la industria aérea. “Ha sido el episodio más difícil en la historia de la aviación y de Copa Airlines. En pérdidas acumuladas desde que comenzó la pandemia tenemos casi $800 millones que nos tomará mucho tiempo recuperarlo, pero por suerte ya estamos con mejores cifras de crecimiento”. En términos de tarifas y promedio de ocupación de los vuelos, aún la aerolínea está por debajo de los niveles prepandemia, pero existe mucho optimismo porque se empieza a dinamizar la industria de los viajes, principalmente de turismo.
“En general las rutas se han recuperado. No solo hemos reiniciado las que de alguna manera eran de menor demanda antes de la pandemia. Se han reactivado más los viajes por turismo y para ver a los familiares, mientras que los viajes de negocio aún están por la mitad”, dijo.
Heilbron precisa que en materia laboral tuvieron que tomar decisiones difíciles como la suspensión de trabajadores y el otorgamiento de licencias sin sueldo a más de 500 personas, pero asegura que al día de hoy la mayoría se ha reactivado, salvo algunos casos que requieren más tiempo. “La recuperación de las operaciones nos ha permitido traer de regreso a personas que salieron en planes voluntarios y los estamos recontratando. También comenzaremos a contratar a nuevas personas para el área de tripulantes ”.
En medio de un panorama aún reservado para la industria aérea global que sumará entre 2020 y 2022 más de $201 mil millones en pérdidas, según la IATA, y varias aerolíneas regionales intentan salir a flote, Copa Airlines reconoce que tiene capacidad para más financiamiento, pero prefieren ser prudentes. El año pasado la empresa emitió bonos convertibles por $350 millones para hacer frente a la crisis. “Nos hemos manejado de forma muy responsable desde el punto de vista financiero. Medimos muy bien los gastos en los que incurrimos y tenemos esa filosofía de que los tiempos en nuestra industria a veces son buenos y a veces pueden ser malos. Con la pandemia ocurrió algo peor para la industria, pero estábamos mejor preparados que otras aerolíneas”.
Copa Airlines cuenta con 13 aviones 737 MAX 9, esperan terminar el año con 15 aeronaves de este modelo, y tienen programado recibir entre 7 y 8 aviones MAX por año, hasta cumplir la cuota del contrato de adquisición pactado en 2015 con Boeing. “Durante la pandemia vendimos 20 aeronaves: 14 embraer y 6 aviones 737-700, de un total de 102 que componen la flota, juntando las aeronaves que opera Wingo. Vamos a ir reponiendo los aviones vendidos con la llegada de los MAX”, apunta. Además decidieron transformar un avión 737-800 en carguero para aprovechar el crecimiento del mercado de transporte de carga.
Estrategia conjunta
A la par del trabajo para recuperar la demanda de pasajeros, la aerolínea se propuso reforzar la estrategia para atraer turismo a Panamá. “Hemos sido muy agresivos en el último mes con distintos planes. Reactivamos StopOver que permite una parada en Panamá sin costo”. A esto se suma un plan de tarifas para promover el turismo de compras y el turismo de salud con el programa Vacutur y el plan de tarifas irresistible para traer a viajeros de Estados Unidos.
“Estamos viendo rutas donde el tráfico hacia Panamá se ha duplicado en las últimas semanas y tenemos mucha confianza y esperanza de que vamos a empezar a reactivar el turismo”.
Sostiene Heilbron que este es el momento para lograr mejores resultados y reactivar la economía y el turismo interno.
“Tenemos que hacer más, no podemos quedarnos sentados esperando que las cosas sucedan automáticamente”, insiste. Explica que hay factores que se combinan para lograr este objetivo: “uno es la promoción y la publicidad del destino y ahora contamos con Promtur, un ente independiente con participación del Gobierno y de la empresa privada, que maneje de forma consistente el presupuesto de publicidad del país”. Lo ideal con estos planes es que no cambien, ni pausen cuando venga otro Gobierno. Sobre la campaña ‘Vive por más’ que se acaba de lanzar, piensa que va a tener un gran éxito y la segunda parte es el atractivo del destino que debe cuidarse y mejorarse. “No puede haber basura en la calle y aguas negras y malos accesos, el destino está allí, hagámoslo mejor”, recalcó.
En la carrera por recuperar la industria de la aviación, Heilbron aboga por que las fronteras estén abiertas y se eliminen las restricciones de los viajes con medidas coordinadas para garantizar la seguridad. La reanimación del turismo puede hacer despegar a Panamá y que vuelva a generar más del 14% del producto interno bruto del país, equivalente a $8 mil 500 millones, y garantizar 238 mil empleos como antes de la crisis.