Un bus convertido en un mercado móvil de productos para atender los hogares del área de Juan Díaz ejemplifica la transformación económica de Panamá en esta época de la Covid–19.
Tal innovación es la respuesta de un propietario y conductor de un bus aparcado en un estacionamiento durante el principio de la cuarentena, sin otro recurso que “su habilidad innata para la innovación”. Y sirve para ilustrar el espíritu de los “gerentes” que se precisan para reactivar el país y que según Guillermo Saint Malo Eleta, son los llamados a fortalecer a los sectores productivos.
El empresario se atreve a trazar un esquema de gestión sectorial de la Covid–19 de aplicación inmediata. “No creo en el postcoronavirus, porque el post es hoy”, dice el entrevistado haciendo hincapié en la obligación de establecer “qué decisiones debe tomar el país para ganar competitividad”, con el esfuerzo extra de “conservar” y —si es posible— generar “más empleo”.
“El Estado no debe meterse en las industrias en las que Panamá ya es competitiva”, profundiza el empresario quien además hace la salvedad de que tampoco se trata de crear más burocracia en instituciones como “las autoridades administrativas o los ministerios”. Aunque eso sí, detalla, el aparato estatal debe “dar” las “herramientas” o lista de tareas en los sectores nodales.
Se necesitan gerentes
En el cumplimiento de estos propósitos el país podría apalancarse en “gerentes” capaces de articular soluciones. “Serían personas que por ejemplo gestionen la llegada” de grandes corporaciones a Panamá”, cuya instalación “aumente el valor agregado de sus industrias”.
El planteamiento parte de “una visión macro” de la economía, que “luego debe ir hacia abajo” en un país obligado a volverse más ágil cuando precisamente las cosas andan más lentas que nunca.
Esta dinámica en la forma de atender los sectores público y privado empezaría en las actividades en las que tiene ventajas el istmo, como los servicios financieros y de logística marítima y aérea; o en ámbitos del gobierno urgidos de una mayor velocidad de su gestión y dispuestos a convertirse en facilitadores; o en la educación.
“El sistema educativo debe mirar sus indicadores y evaluar la calidad de la formación impartida en Panamá. La educación es la que rompe las desigualdades sociales”, dijo. Sin perder de vista la participación de otros agentes, de esta transformación educativa se encargaría “una institución autónoma y pública y alejada de la política, con un gerente general nombrado para un periodo de 10 años y una junta directiva cuyos miembros tendrán una vigencia de 9 años”.
La activación de los sectores económicos, para que sea “hoy” según lo plantea el entrevistado, puede empezar con mayores facilidades de crédito a unas tasas más bajas para los micro, pequeños y medianos empresarios. “Este segmento representa el 75% del engranaje productivo y el 50% del producto interno bruto”.
Y es el que hace posible que Panamá no sea un país “monodependiente” de un producto o servicio, como sí sucede en países vecinos. “Al contrario: tenemos una economía diversificada”.
El comercio, en particular el retail, tiene que cambiar la manera de prestar sus servicios, y extremar las medidas de aseo, y de acuerdo con Saint Malo, ir adecuando las instalaciones, capacitar al personal y establecer unos procedimientos automatizables con el tiempo.
“Hablemos de preapertura: si los comercios van a abrir deben hacer ajustes en la entrada, los baños, los dispensadores del alcohol o las cámaras. No esperar para abrir al público sino tener ya tres o cuatro contratistas haciendo estas adecuaciones”.
Saint Malo, Ceo del Grupo Eleta —conglomerado empresarial que entre otras actividades se dedica al turismo—, proyecta el devenir de esta industria en Panamá y anticipa la venida de visitantes de lujo, que en ocasiones llegan a gastar “hasta $5 mil dólares diarios”.
Aprecia además la afluencia de extranjeros en busca de múltiples experiencias en un solo destino. Reconoce el valor de los jóvenes turistas en esta nueva vuelta de tuerca de las economías. “Son personas que se sienten más cómodas y seguras a la hora de viajar”.
También pondera el turismo interno, y en este contexto aplaude el servicio que prestan los chiricanos : “Ojalá todos los panameños fuéramos como ellos, que consideran que servir lleva honra. Siempre sonríen”.
Las ventajas competitivas de Panamá sacarán lustre en la nueva normalidad que se avecina.
Guillermo Saint Malo Eleta, bajo el entendido de que nunca es tarde para el que madruga, pide hacer a un lado a los todólogos, y en vez de ellos, medir, fraccionar y gestionar los retos con gerentes expertos. “Pensar en grande en el mejor sistema educativo”. Y evitar “las peleas entre nosotros y acercarnos a los estamentos del Estado”. Al final de cuentas, con coronavirus o sin él, el accionista es Panamá, finaliza el empresario panameño.