Las compañías tienen cada vez más razones para darle prioridad a las cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Por ejemplo, pueden buscar satisfacer a los consumidores, que se inclinan cada vez más por marcas con sólidas credenciales en ESG, incluso si tienen que pagar un precio mayor por esos productos. Otras quizás pretendan cumplir con nuevas regulaciones más rigurosas. Incluso, algunas empresas podrían reaccionar a la presión de los inversionistas, desean aumentar la motivación de sus colaboradores, o sienten la necesidad de mejorar sus prácticas de atracción y retención de talento.
Para la mayoría de las organizaciones, la respuesta es una combinación de estos factores, que en conjunto se resumen en la necesidad de comprender y gestionar el impacto ambiental en todas las partes del negocio – en tiempo real.
Los jugadores más destacados ya se encuentran capturando beneficios reales de estos esfuerzos. Un análisis desarrollado por McKinsey & Company revela que las compañías líderes en ESG crecen más rápido y tienen valuaciones más altas que sus pares, con diferencias del 10% al 20% en ambos casos. Según el mismo análisis credenciales sólidas en ESG podrían impulsar reducciones de costos entre un 5% a 10%, dado el enfoque combinado de eficiencia operacional y reducción de desperdicios.
Incluso, la excelencia en ESG puede reducir el riesgo de transición al ayudar a las compañías a anticiparse a los cambios regulatorios e impulsar la confianza de sus stakeholders.
El liderazgo en ESG comienza en casa, pero también es importante incluir toda la cadena de suministro. Y es aquí donde el rol de compras se torna crítico. Para la mayoría de los productos, según el mismo estudio mencionado anteriormente, entre el 80% y 90% de las emisiones de gases de efecto invernadero son “alcance 3”, es decir, emisiones indirectas que ocurren a lo largo de la cadena de valor, tales como emisiones provenientes de productos y servicios adquiridos, viaje y traslado de personal, y al uso y tratamiento del fin del ciclo de vida de sus productos. De estas emisiones, dos tercios usualmente surgen aguas arriba en la cadena de abastecimiento. Los proveedores de niveles más lejanos (“tier-n”) también son más difíciles de monitorear, lo que eleva el riesgo de que prácticas ambientales o laborales inadecuadas pasen desapercibidas.
Al ser el nexo principal con proveedores, la función de abastecimiento posee un rol decisivo para darle forma a la huella ESG, tanto directamente a través de sus decisiones de compra como indirectamente influyendo en el diseño de sus productos. Según el estudio de McKinsey & Company, el cual consultó a ejecutivos de abastecimiento sobre por qué aún no han incorporado ESG en el ADN de sus organizaciones de compras, se vuelve claro que la mayoría siente que les falta las herramientas, habilidades y datos necesarios. 70% de la muestra afirmó que sus organizaciones no entienden en qué parte de la cadena fueron generadas las emisiones “alcance 3”, por ejemplo.
Para hacer frente a estos desafíos, las compañías pueden adoptar un enfoque de tres pasos básicos, que en su conjunto hacen que la sustentabilidad - y ESG como un todo - se incorporen:
1. Determinar la línea base y el potencial: Entender y cuantificar el impacto actual de ESG en la compañía es el primer paso.
2. Establecer los principios e impulsar iniciativas de creación de valor: Podrían diseñar métricas y políticas de ESG que se integren a los procesos habituales de selección de proveedores, compras y gestión de suministros.
3. Buscar el cambio al interior de la organización: Las empresas podrían escalar y desplegar iniciativas exitosas, incorporar prácticas de compras sostenibles.
Panamá posee el potencial de convertirse en un actor clave en este cambio, no solo por su posición geográfica y su conectividad con el resto del mundo, sino también, por su condición de hub al contar con más de 170 empresas multinacionales radicadas en el país, gran parte de ellas ejerciendo de manera centralizada la función de compras para el resto de sus filiales en la región y el mundo.