Recientemente, José Ramón Icaza Clément, presidente de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá afirmó que la recuperación de empleos debe ser una “obsesión común”. Coincido plenamente.
En el 2020, para hacer frente a la pandemia del Covid-19, Panamá adoptó las políticas de confinamiento más severas de Latinoamérica y, en una economía donde el 70% de los empleos son presenciales, pagó el costo socioeconómico más alto. Éste incluyó la cuarta mayor contracción económica en el mundo, la reducción del 15% de su fuerza laboral, la pérdida del 37% de los empleos formales de su sector privado, 40% de disminución de los ingresos de la Caja del Seguro Social y una contracción de $600 millones mensuales en el consumo.
La planilla estatal aumentó y el sector privado perdió 327,340 empleos formales. Hoy, 7 de cada 10 trabajadores en el país es informal o funcionario.
De los 873,750 trabajadores formales del sector privado a agosto 2019, 37% perdió su trabajo, 30% lo mantuvo y 33% fue suspendido. De este último porcentaje, 21% fue reactivado y recuperó su empleo, 3% fue reactivado y luego desvinculado, mientras que, a octubre 2021, 9% se mantiene con su contrato aún suspendido.
Estamos ante la peor catástrofe laboral de la historia. Para contextualizar la magnitud de la devastación, un informe del Instituto Mexicano del Seguro Social, reveló que en el 2020, México, con una población de 126 millones, y 55.5 millones de empleos, perdió 647,710 empleos formales. Panamá, con 4.4 millones de habitantes y 1.6 millones de empleos, perdió unos 327 mil.
En el 2021 la economía crecerá por las exportaciones de cobre y la recuperación del comercio internacional, pero el panorama laboral es incierto. Se estima que el desempleo aumentó de 18.5% el año pasado a 20% y hay unos 80 mil trabajadores con contratos aún suspendidos.
La generación de nuevos empleos formales marcha a la mitad del ritmo del 2019. Entre enero y agosto de 2021, Mitradel tramitó 139,838 contratos (78% temporales), un poco más de la mitad de los 267,235 tramitados en el mismo período del 2019, año en el que se generaron 52,040 empleos, todos informales.