Panamá (BBB por Fitch Ratings) es uno de los seis países latinoamericanos con calificación soberana “grado de inversión”. También lo son Chile (A- por Fitch Ratings), Perú (BBB+ por Fitch Ratings), México, Colombia, y Uruguay (BBB- por Fitch Ratings). Quienes poseen calificación BBB- o superior se les considera “grado de inversión”. Con calificación BB+ o inferior se les considera “grado especulativo”.
La calificación refleja la capacidad que tienen los países de cumplir con sus obligaciones financieras. Contar con un grado de inversión facilita el acceso a capitales, a mejores condiciones de financiamiento y mayores plazos.
Los fundamentos de la calificación soberana son diversos, tanto cualitativos (institucionalidad, seguridad jurídica, estabilidad política, sostenibilidad fiscal, entre otros) como cuantitativos (deuda/PIB, crecimiento económico, déficit fiscal, generación de ingresos fiscales, entre otros). Sin embargo, un indicador referente es deuda/PIB.
A fines de 2019, Chile mostró una proporción deuda/PIB de 28.1%; Perú, 27.0%; Panamá, 46.4%; México, 36.4%; Colombia, 52.0%; y, Uruguay, 56.3%. Brasil que no cuenta con grado de inversión (BB- por Fitch Ratings), mostró un ratio de 75.8%. En el caso de Panamá, S&P le otorga BBB y perspectiva estable; Moody’s le otorga Baa1 (equivalente a BBB) y perspectiva negativa; mientras que Fitch Ratings le otorga BBB y perspectiva negativa.
Hay dos variables importantes en el análisis: el déficit fiscal, que se cubriría con más deuda y afectaría la capacidad de pago del país; y la variación del PIB, debido a que un mayor tamaño de la economía impacta positivamente en los ingresos tributarios con menor presión al déficit fiscal.
En 2020, el PIB de Panamá decreció 20.4% en los nueve primeros meses. En ese contexto habría una alta probabilidad de que Moody’s y Fitch Ratings disminuyan la calificación de riesgo de Panamá, próximamente.
En mi opinión, si el ratio deuda/PIB para Panamá supera el 70%, se comprometería la calificación de grado de inversión.
A finales del 2019 el PIB nominal de Panamá fue $66,081 millones y con variaciones de -20% y 3% en los años siguientes, cerraría el 2021 en $54,451 millones. Por su parte, la deuda pública ($31,018 millones a fines de 2019), con variaciones de 10.5% y 7.5% en los años siguientes, cerraría el 2021 en $40,653 millones. Bajo dichos supuestos, Panamá tendría una relación deuda/PIB de 74.7% lo que indicaría alta probabilidad de que pierda su grado de inversión. Su ocurrencia dependerá de la disciplina fiscal, manejo de la deuda y del desempeño de la economía (factor importante en la recuperación de ingresos fiscales).