Los deportes electrónicos o conocidos como eSports han gozado de un crecimiento sostenido a nivel mundial en los últimos años, incluso el 2020 se toma en cuenta la pandemia como un aspecto de impacto en el aumento de usuarios y espectadores.
Algunos países como Estados Unidos, Corea del Sur y China sobresalen por el profesionalismo desarrollado en esta disciplina, tomando en cuenta a todas las partes interesadas en el entorno de los eSports, como son los publishers, jugadores, equipos, las ligas, canales de transmisión y patrocinadores, así como por la mayor generación de ingresos y número de jugadores. La consultora Newzoo, especializada en eSports, estima que los ingresos globales generados por este segmento para el 2021 llegará a $1,084 millones, de los cuales el 75% provendrían de patrocinios y derechos de los medios, además de un crecimiento de más del 10% de audiencia.
Panamá no deja de ser la excepción, los eSports se reconocen como una actividad económica atractiva para nuestra región, nuestro país ya cuenta con diversas organizaciones de eSports, equipos y muchos talentosos jugadores que participan en los más reconocidos torneos internacionales. Incluso en 2019 se firmó un convenio entre la Ciudad del Saber y la Alcaldía de Panamá con la finalidad de que la ciudad de Panamá se posicione como un Hub de eSports, por lo que se espera el necesario apoyo multisectorial para lograrlo.
Considerar a los eSports oficialmente como un deporte, es algo que se ha discutido mucho, principalmente por temas de semántica. El Comité Olímpico Internacional desde el año 2017 ha aceptado al eSports como actividad deportiva, pero el hecho que la mayoría de los países no lo acepten e integren en su ordenamiento como un deporte oficial, hace posible que surjan dudas sobre sus aspectos jurídicos.
Otro aspecto a considerar es el tema de los vínculos laborales de los jugadores, por ejemplo en muchos países estos jugadores pueden generar más de $500 mil al año, por lo que muchos juristas lo consideran como una actividad profesional con una relación laboral y se preguntan ¿qué sucede si el jugador se lesiona?, ¿qué pasará si se le despide?, ¿los contratos por servicios utilizados son válidos?
De igual manera se debe tomar en cuenta la propiedad intelectual que gira entorno a los eSports, ya que al basarse en videojuegos, hay que recordar que el titular de la obra (videojuego), goza del derecho a explotarla y es el que puede autorizar a otro a que por ejemplo organice un evento o torneo de su videojuego, así mismo se debe prestar atención al derecho de imagen y velar por si las personas y jugadores ceden estos derechos.
El hecho de que no exista una normativa específica de eSports en Panamá y en el resto de países, no significa que sea una actividad que no tenga seguridad jurídica. La actividad se desarrolla sobre las bases de las legislaciones generales aplicables, resaltando particularmente las de materia mercantil, tributaria, propiedad intelectual, laboral, entre otras.
A esto debemos añadir la posibilidad de que se desarrollen códigos de autorregulación, como una alternativa a fortalecer la formalización de los eSports. Esto puede ser una opción muy interesante por ser una herramienta que busca garantizar estándares y buenas prácticas, tomando en cuenta la seguridad de todos los actores dentro de la actividad, y que al mismo tiempo posibiliten la continuidad del crecimiento deseado, ya que, el promulgar una ley específica podría ser contraproducente y conllevar a la desaceleración de este crecimiento por factores burocráticos que pueden ser obstáculos para los diferentes actores de los eSports.