Siendo primer presidente de la República el Dr. Manuel Amador Guerrero, y secretario (hoy ministro) de Instrucción Pública (hoy de Educación) Julio J. Fábrega, se expide la Ley No. 11 del 23 de marzo de 1904, la primera referente a la educación.
Se solicita entonces a la comunidad de La Salle —con base en Bogotá— que envíe hermanos cristianos hasta acá, a fin de organizar la primera Escuela Normal para la formación de nuestros primeros maestros, además de siete escuelas de primeras enseñanzas en diferentes lugares del nuevo país. Se recomienda entonces que la solicitud se haga a la cúpula de la comunidad mencionada, en Francia, lo cual se efectúa a continuación.
El 11 de julio de 1904 llegan seis hermanos al puerto de Colón, algunos de ellos seguían a León (Nicaragua) y a Medellín en Colombia, aquí se quedan los demás.
Para agosto del mismo año llegan ocho más, todos para Panamá. Provisionalmente son invitados a residir en el convento de la comunidad de los jesuitas en la Plaza de San Francisco, desde 1926 “de Bolívar”, en la ciudad de Panamá. En la antigua estación del ferrocarril los recibe el nuevo secretario de Instrucción Pública, Nicolás Victoria Jaén.
Al poco tiempo los hermanos de La Salle abandonaron el convento de San Francisco y se dirigieron al local que ocuparía la primera Escuela Nacional Panameña, allá en la Avenida Sur, la que está más que cercana al mar y más precisamente al frente de las instalaciones del periódico de la familia Duque: La Estrella de Panamá.
El hermano Venero Carlos —que por cierto figura en la fotografía de hoy y tomada años después, (está sentado en la primera fila y a la derecha de ustedes)— será el primer director de la citada Normal. A su lado se sienta el obispo de Panamá, pero recuerden que esta foto es de por lo menos 1923, sin nada que ver con la primitiva Normal. Quién pudiera pensar que en esta última institución, la Primera Escuela Normal, el director iba a ganar 125 pesos (los dólares pronto habían de llegar) los profesores 50, y el celador ¡75! Unas fortunas para esos tiempos, ya que sus alimentos corrían también a cargo del Gobierno. Se puede ver la importancia y el interés que la nueva República le reconocía a su primera Escuela Normal en donde se graduaron, entre otros, Octavio Méndez Pereira, Pedro Arrocha, Manuel López, Juan Rivera, S. Araúz, Isauro J. Carrizo, Arturo González, Rafael Terán, Manuel Guillén, C.J. Martínez, F. Leyton Uribe, H. Velarde, los últimos nombres y los de los que siguen tampoco los pudimos obtener completos. La Escuela Normal o Superior de Varones inicial, terminó sus labores en 1909. Después se mudaron a una casa de madera cercana al convento de San Francisco.
Pero acuérdense también que con la llegada de los primitivos hermanos de La Salle, se irían a fundar escuelas en el interior del país, lo que también se cumplió. Entre 1904 y 1915 funcionó la Escuela Pública de David, La de Taboga (1909-1913), la de Penonomé (1905-1913), la de Aguadulce (1906-1921), la de Pocrí de Aguadulce (1907-1909), la de La Villa de Los Santos (1905-1921), la de Colón (1905-1921) y para terminar existió la del barrio de San Felipe, acá en la capital (1909-1913). Las bases estaban sentadas.
Poco a poco irían abriéndose muchas escuelas públicas más, las que ahora necesitan y necesitarán que se les dote de construcciones adecuadas, de una población que no permita que se desvalijen cada año y a donde se aprenda todo lo que la niñez y la juventud necesitan para forjarse una vida mejor.