El asunto está en evaluación y análisis. Al menos esa fue la respuesta que dio el presidente, Martín Torrijos, durante la reciente reunión que sostuvo con su homólogo colombiano, Alvaro Uribe, quien forzó la incorporación del tema en la agenda del cónclave.
Y así lo ratificó ayer la viceministra de Gobierno y Justicia, Olga Gólcher, al indicar que el tema no es más que una "idea que el gobierno ha considerado como sugerencia".
Más allá, el director de la Policía Nacional, Gustavo Pérez, dijo a título personal que la apertura del tapón ocasionaría serios problemas de seguridad a Panamá, entre estos los vinculados con el narcoterrorismo, el secuestro y los elevados presupuestos que se necesitarían para reforzar la presencia policial en la zona.
Por su lado, el científico Stanley Heckadon advirtió que la culminación de la carretera traería consigo dificultades de índole ecológico.
Y es que la iniciativa de la carretera Interamericana, que data de los años 50, fue suspendida a finales de los 70 por órdenes de un juez federal de Estados Unidos, que atendió el llamado de los ecologistas de su país, principal soporte financiero del proyecto en aquel entonces.
Mientras, el presidente de la Asociación Nacional de Ganaderos (ANAGAN), Algis Barrios, alertó sobre los peligros de sanidad animal que implicaría la apertura, sobre todo en materia de fiebre aftosa.
En la actualidad, cuando no aparecen los planos de la vía, pues al parecer se extraviaron durante la invasión de 1989, EU no tiene una política definida sobre el tema, y para conocer la posición precisa de Colombia habría que esperar el regreso de la embajadora de esa nación, prevista para el primero del próximo mes.
(Con la colaboración de Roberto López Dubois, José Arcia, Rafael Pérez y Sofía Kosmas.
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