Desde hace tres meses asiste regularmente a la academia de taekwondo de Carmelina Morello, donde aprende defensa personal.
La edad no ha sido un impedimento para Marín, quien llegó a la academia buscando consejos para una mejor alimentación "y decidí quedarme. Me gusta ejercitarme, me gusta la defensa, me siento más segura", cuenta.
Además, se ha mejorado su flexibilidad y autoconfianza.
Kristty Bondurant tiene 14 años y desde hace tres años asiste a la misma academia. A su edad ella sabe cómo detener a un atacante; ha aprendido a improvisar y a autocontrolarse.
"Cuando viene el atacante no piensas, solo le das", recita. Eso le da seguridad.
Como ellas, muchas mujeres -sin importar la edad- han optado, frente a la ola de asesinatos que se han cometido en estos días en Panamá, aprender a defenderse.
Carmelina Morello, cinturón negro 2ndo dan en taekwondo e instructora y propietaria de esta escuela de artes marciales, es de la opinión de que la defensa personal "es una inyección de confianza".
"En dos golpes, con factor sorpresa, puedes neutralizar a un atacante... él no espera que uno sepa defenderse", asegura.
Ramón Navarro, de Hapkido Panamá, 4to dan cinta negra y maestro de hapkido, dice que lo primordial en una situación difícil es mantener la calma.
"Entregue lo que le pida y vea hacia dónde puede correr. Si sabe defensa personal, utilice lo aprendido... si no sabe, lo mejor es ir a una escuela de artes marciales", recomienda.
Algunos puntos claves para golpear son la rodilla con la planta del pie, o un rodillazo a los órganos genitales, dice Navarro. Luego ¡corra!