Harry Potter y la Orden del Fénix

Quizás estaba influenciada por programas como Sueños con Jennie o Mi mujer es hechicera, pero lo cierto es que pasaba largas horas soñando despierta en qué haría si pudiera conceder deseos, especialmente los míos.

Por eso soy fanática, verdadera fanática, de Harry Potter. Este joven mago inglés no solo ha sabido cautivar a los pelaos , sino que tiene un buen número de seguidores adultos (como yo).

J.K. Rowling tiene una imaginación alucinante; lleva al lector a la escuela de magia de Hogwarts, lo sitúa, y hace que uno viva con Harry, Ron y Hermione sus aventuras.

En su quinta entrega, Rowling no decepciona: Harry Potter y la Orden del Fénix (recomiendo leerla en el idioma original, inglés) es ¡lo máximo!

Sus casi 900 páginas no se sienten, no es predecible y deja la puerta abierta para los dos libros siguientes que Rowling ha prometido (como el regreso de aquel-que-no-se-puede-nombrar).

Ahora bien, no intente entrar a este mundo mágico si no ha leído los cuatro volúmenes anteriores; quedará perdido. Y eso que... ¿sólo es para niños? Repito, ¡mentira! (y perdonen mi insistencia al respecto).

Los adultos se podrán desconectar un rato de la política, de sus problemas y hasta de la televisión leyendo La Orden del Fénix, aunque también debería ser lectura obligatoria en las escuelas panameñas (algo divertido, para variar).

No dejen de entrar a este mundo diferente y lleno de color y sabor que Rowling ha creado para nosotros.

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