Regístrate para recibir los titulares de La Prensa en tu correo


Restaurante & Bar Miraflores

La salsita especial de las costillitas me encantó

Restaurante & Bar Miraflores

Menos gráciles pero no menos majestuosas son las bestias de acero que con falaz inercia suben y bajan en sus ascensores líquidos, mientras que, con languidez inequívoca, disfrutas de un aperitivo en el nuevo restaurante de las esclusas de Miraflores, bien en la terraza o adentro, con aire acondicionado.

Justicia poética que, tras casi un siglo de presunta superioridad gringa, sea a la administración panameña la que se le ocurre alimentar al visitante. Por supuesto, que hacer un restaurante en semejante sitio es toda una proeza de cooperación entre organismos, y así como el dicho aquel de que "un camello es un caballo ensamblado por un comité", hay que imaginar qué resulta de un restaurante de una entidad pública, licitado y adjudicado a un hotel (El Panamá).

El menú por comité obviamente obvia cualquier intento de cocina de autor, ya que hay que alimentar a ricos y pobres, burdos y exquisitos, nacionales y extranjeros, hispanoparlantes o no. Pero para ser un restaurante recién inaugurado, y considerando que conseguir el teléfono no es nada fácil (en 102 no sabían cómo se llama el restaurante y yo tampoco), se está llenando todos los días.

Hice la reservación y cuando llegué la habían traspapelado: advertida estaba de que si el gerente no está, el sitio puede marchar manga por hombro, y creo que el pobre hombre se va a tener que colgar una hamaca en un pasillo durante los próximos meses. Parece que otro de los problemas es que entra gente que no consume y se "parquea" en el balcón, bloqueando la vista a los comensales (comprobado), por lo que es necesario tener experiencia, diplomacia y mano firme, ya que no se trata de una beneficencia, vamos.

Además de un buffet que incluye una bebida con o sin alcohol por dieciséis cincuenta, que ni me digné a ver, la carta puede ser sacada de cualquier franquicia internacional: sopas y ensaladas, emparedados, aperitivos, un par de pastas, platos fuertes y asados, postres. Entre los RDT traía a una periodista extranjera, quien quiso inmediatamente darle al marisco y ordenó un seviche de corvina con trocitos de tomate. A mí, que me gustan casi crudos, me pareció un poquito pasado de textura, pero eso sí, excelentemente sazonado.

Además, pedimos unas conchuelas (de las gordotas importadas) rebozadas en coco con aderezo de piña y jengibre, bastante sabrosas y un plato llamado "Gran Aventura" con deditos de corvina, ricos, taquitos fritos con su guacamole y pico de gallo, unas alitas de pollo que no me impresionaron y unas costillitas de cerdo a la barbacoa que estaban superlativas. Pregunté por la salsa y me dijeron que era secreta del chef. Pregunté que si lo podía conocer y resultó ser un francesito simpatiquísimo que llegó en pos de una panameña, hoy día su esposa.

Entre los platos fuertes, un RDT pidió la Pasta Miraflores, linguini con una salsa de mariscos con tomate que no me dijo ni fu ni fa, aunque se dejó comer, y unos langostinos al ajillo muy frescos, con un arroz con coco que, para variar, sí sabía a coco. Una lasaña de pollo, plato indudablemente universal, vino en salsa bechamel, en abundante porción y sazonada muy bien.

Siguiendo el principio KISS ( Keep It Simple, Stupid ), me debatí entre los cortes de carne, pero finalmente opté por una hamburguesa que viene con champiñones frescos salteados con cebolla morada y acompañada de papas prefritas y quedé totalmente feliz con mi elección.

De postres, elegimos un cake de zanahoria del carrito que estuvo bien, no maravilloso, y un brownie de la carta, absolutamente delicioso con helado de vainilla y siropes de chocolate y caramelo.

Miraflores tiene su camino que recorrer, ya que al igual que sucede con las criaturas de la Serengeti, el menú (de precios sorprendentemente razonables) debe pasar por su proceso de selección natural, siempre que una organización como la que supervisa la labor de chef y gerente les permita estirar sus alitas poco a poco. También faltan otros detalles como la señalización vial adecuada, pero esto ya compete a Alberto Alemán y compañía.

No obstante, es maravilloso que finalmente tengamos un sitio como, p.e., el difunto Windows of the World del World Trade Center, o el restaurante de la Torre Eiffel, emblemático, que permita disfrutar de una de las maravillas modernas, y no obstante el estándar culinario, definitivamente vale el viaje, como dicen los de la guía Michelin. Aunque mi móvil al salir a comer es primero, segundo y tercero la comida, y ésta necesita sus toquecitos de corrección, es una contribución positiva, loable a nuestra restauración local: además, para parafrasear a E. M. Forster: es definitivamente, A Room With a View . Dixit.

Calificación: 2.5

Presupuesto: $$

Dirección: Esclusas de Miraflores

Horario: Lunes a domingo, 11:00 a.m. hasta 11:00 p.m.

Teléfono: 232-3120, 22, 23, 24, 25

Acceso a discapacitados: Ascensores

Aceptan: Todas las tarjetas

Recomendados: Conchuelas Caribe ($6.50) Brownie Volcán Barú ($3.50)

Relación costo-calidad: Hamburguesa con hongos ($5.80)



COMENTARIOS


LAS MÁS LEÍDAS

  • Presidente Mulino recorre nueva tienda del IMA en San Miguelito y evita hablar de renuncia del vicecanciller. Leer más
  • MICI revela hoja de ruta para el proyecto minero tras suspensión de arbitrajes por parte de First Quantum. Leer más
  • Mulino descarta nuevo contrato ley para mina de cobre y propone asociación. Leer más
  • Contrataciones públicas frena costoso alquiler de carro blindado para la presidenta de la Corte. Leer más
  • Francisco, el segundo papa que visitó Panamá. Leer más
  • Llega a Panamá el tren número 20 para la línea 3 del Metro: así son las características. Leer más
  • Detectan esquema irregular de pagos en gestión del exalcalde Héctor Valdés Carrasquilla. Leer más

Recomendados para ti