Pío XI fue el primer papa que se animó a salir del Vaticano. Fue en 1930, cuando el sumo pontífice puso un pie fuera de las fronteras celestiales de la Plaza San Pedro para recorrer Roma. Y lo hizo en un Mercedes Benz.
Nadie pensó que, con el paso del tiempo, los vehículos del Papa iban a transformarse en un símbolo de la Iglesia y, menos aún, en uno de los carros más famosos del mundo.
Es tanto el entusiasmo que despierta en el público que, a raíz del cambio de mando en el Vaticano, se han desatado un racimo de historias increíbles en relación al transporte papal: en México, el carro que utilizó Juan Pablo II salió vacío a dar vueltas por la ciudad, en homenaje a Wojtyla. En Costa Rica, a su vez, lo tenían arrumado en un depósito y ahora se obligaron a restaurarlo. En Panamá continúa aparcado en la Usma.
Es más, el tema hasta revolucionó Internet. En el sitio Ebay.com, un vivillo aprovechó la fascinación mundial por el tema y sacó a la venta un pequeño Volkswagen Golf usado que le había pertenecido al cardenal Joseph Ratzinger.
Pero, sobre todo, los medios se han dedicado –ahora que el sumo pontífice es alemán– a cubrir la batalla comercial que se habría desatado entre las dos mayores productoras de automóviles de Europa –Volkswagen y Mercedes Benz, también alemanas– para saber cuál construirá el vehículo del nuevo Papa.
PRIMERO, LA TRAGEDIA
El "papamóvil" nació tras el atentado que sufrió Juan Pablo II el 13 de mayo de 1981. Viajaba a bordo de un Land Rover cuando los disparos de Mehmet Ali Agca le estallaron en el pecho. Cuando Wojtyla regresó de la muerte, quiso seguir con sus viajes. Entonces surgió la idea de armar un carro con una cápsula de cristal blindado para la seguridad del Papa.
En México, por ejemplo, el "papamóvil" fue construido por General Motors. En Latinoamérica también se utilizaron modelos Cadillac y Renault, todos adaptados. Hasta Kazajistán llegó el vehículo papal en septiembre de 2001. Sólo que, para llevarlo, fue necesario un tractor que tardó dos semanas en llegar a su destino desde Roma.
La última vez que el mundo vio el "papamóvil" en acción fue el 11 de febrero pasado cuando, Juan Pablo II fue trasladado desde la clínica Gemelli hacia el Vaticano.
"El ‘papamóvil’ completaba el recorrido entre el beso del aeropuerto y la regañina teológica que Juan Pablo II iba a endilgar a los congregados. "Esperemos que Benedicto XVI le introduzca mejoras porque el ‘papamóvil’ no tiene cinturón de seguridad", explicaba el español Manuel Alcáraz Ramos, de la Universidad de Alicante, en España .
DESPUÉS, EL NEGOCIO
Lo cierto es que, tras la muerte de Juan Pablo II, su sucesor deberá tomar la decisión que las agencias de publicidad de las empresas automotrices esperan con ansiedad: a quién le encargarán la construcción del nuevo ‘papamóvil’.
Benedicto XVI, por lo pronto, decidió prolongar la espera y en su primera aparición utilizó un viejo modelo descapotable de la Fiat. Pero el tiempo no está de su lado. El próximo mes de agosto, coincidiendo con el Día Mundial de la Juventud, el Papa realizará su primer viaje a Colonia, Alemania. Los directivos de Volkswagen, veloces de reflejos, anunciaron que comenzaron a ensamblar un ‘papamóvil’.
Sin embargo, las cosas no serán fáciles. Juan Pablo II siempre prefirió los Mercedes Benz, aunque en América Latina utilizó los que le dieron.
¿Cuál será la marca del nuevo ‘papamóvil’? El tiempo ha comenzado a correr y Benedicto XVI tiene la respuesta.
La increíble historia del viejo auto de Ratzinger
"Este no es un coche ordinario. Usted conducirá siempre seguro y con la bendición divina. El automóvil parece nuevo, como si hubiera sido cuidado por Dios", lo define la página de internet, aunque las fotos no parecen refrendar estos dichos: el auto es un humilde Volkswagen Golf. Y usado. Sin embargo, el afortunado propietario –que compró el vehículo por apenas 5 mil 120 dólares–, ya ha recibido ofertas por casi 50 mil dólares. ¿Por qué? Porque el auto fue propiedad del actual Benedicto XVI y para muchos, vale reconocerlo como un Papamóvil. Junto a la foto del vehículo, en internet, puede apreciarse una fotografía de la documentación del carro que prueba que el anterior propietario fue Ratzinger, quien lo utilizaba cuando viajaba a Alemania para manejar por la ciudad y pasar inadvertido.
Ratzinger lo usó poco y por eso está tan bien conservado, aunque en el site prefieren decir que goza de un cuidado divino.