El orgullo de nuestra escuela

El orgullo de nuestra escuela


Casi 40 años después, la leyenda viviente vuelve a su alma mater. Newton Osborne, el morenito de Bugaba que alcanzó los círculos científicos más elevados, atravesó los mismos pasillos que recorrió en sus años mozos, y se mezcló entre aplausos con chicos que escuchan su nombre como bandera de esperanza.

Fue para las fiestas del centenario cuando la Asociación para el Desarrollo de las Comunidades Rurales logró traerlo desde Washington, donde trabaja como profesor de obstetricia y ginecología en el colegio de medicina de la Universidad de Harvard.

Para las generaciones olivaristas, Osborne es como un héroe de guerra de los que se cuentan hazañas para inspirar a las tropas. Algunos profesores hasta decían que el chiricano era tan importante que la NASA le protegía con máxima seguridad.

Se graduó como médico en la Universidad de Panamá en 1961, con honores dentro del capítulo Sigma Lambda. Posteriormente estudió biología molecular y biofísica en la Universidad de Yale, y luego se educó en la de Connecticut en la rama de la bacteriología.

Además, ha hecho estudios y laborado para la Universidad de Michigan y la Estatal de Nueva York.

Wendell Osborne, su hermano, cuenta que el éxito de Newton se gestó gracias a sus padres. “En la humilde casa que teníamos en La Concepción, hogar que forjó Ricardo Teodoro Osborne e Iris Romelia Palmer, había una regla: educarse”, señala.

Agrega además que “Newton leía tanto desde niño que cuando iba al colegio ya sabía muchas cosas y por eso se pensaba que no tenía que estudiar” dijo Wendell.

Newton Osborne ha hecho aportes importantes en los estudios más recientes para enfrentar el sida en gestantes, es decir, en los bebés dentro del vientre. Considera además que en 5 ó 10 años será posible conseguir una vacuna efectiva contra este flagelo.

El presidente de la Cooperativa ECASESO, Carlos Guillermo Sechi, le entregó una placa de reconocimiento al científico con brillo de satisfacción en el rostro. Le estrechó la mano y le recordó el viejo lema del plantel “La Vida es Acción: Vívela”.

Cuando se le preguntó a Sechi porqué ofreció el reconocimiento a Osborne, contestó: “Tenía que hacerlo. El es el orgullo de nuestra escuela”.

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