Juan Carlos Varela no tiene botellas de alcohol en su escritorio. Solo un libro viejo y amarillo, con la portada a punto de caerse. Es un compendio de la doctrina panameñista que escribió Arnulfo Arias. Varela echa mano del librito para explicar lo imposible: cómo hará el panameñismo para regresar del desastre.
Su partido está dividido en tres facciones y él lidera una de ellas, la menos poderosa, la que se quedó fuera del reparto de puestos en la junta directiva del partido.
Juan Carlos Varela: mi intención es que el partido deje de ser un rehén de lo que fue la gestión de Mireya Moscoso. Hay que cambiar.
La Prensa: Marco Ameglio dice que la renovación ya se produjo.
JCV: En la última convención mantuvo a la presidenta y reeligió a varios miembros del directorio.
LP: ¿Qué pasó en esa convención? Usted no pudo entrar, les cortaron los celulares con una maniobra digna de James Bond mientras Moscoso y Ameglio pactaban atrás de un escenario. Parece una comedia de enredos.
JCV: Para mí es un capítulo cerrado. Acepto los resultados aunque no estoy de acuerdo. Estos dirigentes no han aprendido. Vamos a tropezar dos veces con la misma piedra. Repiten los métodos que nos llevaron a esta situación para mantenerse en el poder.
LP: Usted y Marco Ameglio son empresarios y herederos de dos de las empresas nacionales más importantes. ¿Qué opina de los que dicen que son dos niños ricos jugando a ser presidente?
JCV: Yo no estoy jugando. Llevo 25 años participando en política. Colaboro con mi país todos los días desde el sector privado, y cuando tengo oportunidad desde el sector público. Yo veo la política como un apostolado.
LP: ¿Se siente un apóstol?
JCV: La política es el bien común. Muchos dirigentes se equivocan y trabajan para su beneficio directo. Créame que no es mi caso. El panameñismo es un movimiento histórico y no se puede jugar con su doctrina ni con su gente.
LP: ¿Usted financia su carrera política con el dinero de su empresa, o recibe aportes?
JCV: A los convencionales que nos respaldaron solo les dimos amistad y nos siguieron de corazón.
LP: Pero no hablaba de eso. Ameglio dijo que en su campaña interna en el arnulfismo se gastó un millón de dólares. ¿Cómo es invertir en política?
JCV: Eso lo dice Ameglio y yo lo respeto. Pero uno no debería decidir en función al dinero que se gastó. Yo estoy preocupado por el país. De nada sirve refugiarse en el sector privado, aislarse en estas cuatro paredes de éxito empresarial sin participar del futuro del país. Pero tampoco es imprescindible el dinero. Endara gastó el 5% de lo que gastaron otros candidatos y lo duplicó en votos. Esa es la mística panameñista. No la dirigencia actual.
LP: Usted fabrica Seco Herrerano. ¿Lo mezcla con jugos Bonlac?
JCV: (Se ríe) No... como a los buenos panameños el seco me gusta solo. Lo cierto es que el movimiento de Ameglio se llamaba Rescate Panameñista pero finalmente, a la única que rescataron fue a Mireya Moscoso y a su directorio. Igual le deseo suerte. La política es así.
LP: ¿Es cierto que su hijo no lo dejó pactar con Moscoso?
JCV: El pacto "VaMos" nunca existió. Mi última comunicación con ella fue en septiembre del 2004. Pero te cuento lo de mi hijo. Cuando ustedes publicaron lo del acuerdo, un compañero del colegio lo llamó por ese tema y él se preocupó. Pero solo tiene 12 años. Estaba intranquilo porque no se cumplía con las expectativas del país que quería un cambio.