El puente permitió que sobre él se efectuara el tránsito de pequeños vehículos, así como el peatonal. Por debajo pasaba el ferrocarril que iba hasta Colón. La calle que se ve y que va hasta el fondo de la fotografía es la que después fue la Avenida Central, y que en aquellos tiempos era el camino de Las Sabanas construido con ayuda de los estadounidenses.
De muchos es sabido que la palabra "Calidonia" deriva de Caledonia que era el nombre en latín de Escocia.
Por allí y en nuestra primitiva Calidonia, existió una altura llamada Cerro Pelado, en donde en un tiempo se desarrolló el infame negocio de la trata de esclavos, a cargo de ingleses que lo habían comenzado en el Darién, en un sitio con aquel nombre (Caledonia).
Más tarde y a propósito de la construcción del ferrocarril transístmico Panamá-Colón se levantó el sencillo puente de madera y piso de tierra que les mostramos hoy y que después se pavimentó. En la otra fotografía aparece un nuevo puente que fue reconstruido en 1920.
Al inofensivo y pacífico puente de Calidonia le tocó, sin habérselo buscado, ser testigo de dos acontecimientos en donde mucha sangre inocente se derramó.
El primero sucedió el 17 de marzo de 1885, cuando el general Rafael Aizpuru organizó una asonada contra el gobierno de turno. Era presidente del Estado de Panamá Pablo Arosemena, quien alcanzó a enviarle un telegrama al jefe militar de Colón, Carlos A. Gómina, a fin de que enviase tropas para defender a esta capital, lo que él hizo. Sus soldados desembarcaron del tren en Corozal, avanzaron y allí en el puente tantas veces mencionado, sostuvieron un pequeño pero algo sangriento combate contra la gente de Aizpuru. El levantamiento finalizó con el triunfo gubernamental.
Mas algo peor se desarrolló 15 años después. Los liberales y conservadores se encontraban enfrascados en aquella demencial guerra civil, que lleva el nombre de la de Los Mil Días (1899-1902).
Del 24 al 26 de julio del año de 1900, hombres de los dos bandos se enfrentaron casualmente sobre el puente que hoy embarga nuestra atención.
Mientras unas tropas avanzaban para tomarse la ciudad, otras se empeñaron en defenderla. No nos olvidemos que nuestro ya tan mencionado puente constituía una de las entradas a Panamá.
Los combates fueron feroces. Las tropas del gobierno, a sea las conservadoras, cargaron con la victoria.
¿Se imaginan ustedes cómo andaría de aterrorizada la población civil, que como siempre es el caso, con esas barbaridades no tenía nada que ver?
Alrededor de 400 muertos más un número mayor de heridos e incapacitados se produjeron a 20 ó 25 cuadras del parque La Independencia, también llamado de la Catedral.
Sin ambulancias, sin mayores facilidades médicas ni hospitalarias, ya que tan solo existían el Hospital Santo Tomás, situado entonces en lo que hoy es la Plaza Amador, y el Hospital Ancón de los estadounidenses. Estas facilidades médicas eran insuficientes para brindar una buena atención.
El puente fue derribado por innecesario el 27 de enero de 1920. Ojalá que nunca, a causa de más guerras, se interrumpa nuestra maravillosa e impagable paz.