Era viernes, empezaba el Carnaval y un camión salió de la Zona Libre de Colón. Iba lento, cargado de mercaderías y nadie lo revisó. Sin embargo, agentes de incógnito de la Dirección Fiscalizadora de Aduanas (DFA) comenzaron a seguirlo: suponían que había sacado mercadería de contrabando. Querían saber adónde la llevaba. Llegando a Arco Iris, el conductor aprovechó un tranque, se bajó del camión y salió corriendo. Según la versión oficial, los agentes no lograron detenerlo, pero en el contenedor encontraron cajas de ron, seco, ginebra y hasta cerveza importada. Las autoridades de Aduanas confiscaron el vehículo y lo llevaron de vuelta a la zona.
Todo hacía indicar que era un contrabando frustrado, ni siquiera muy importante, pero una versión, como un tsunami, comenzó a crecer de repente. Según la misma, la mercadería del camión pertenecería a Esteval Internacional, una empresa que el ministro de Gobierno y Justicia, Héctor Alemán, tiene en sociedad con sus hermanos. Aunque en el registro público el ministro aparece como director y tesorero de la empresa, quien manejaría el negocio es uno de sus nueve hermanos, Jorge.
Un funcionario de primer nivel del gobierno aseguró a La Prensa que las acusaciones son falsas. "Esto es parte de la guerra interna del PRD de Colón. Quieren perjudicar al ministro. Uno de sus hermanos le vendió mercadería a un cliente y este fue quien hizo el contrabando", explicó el funcionario, en su intento de aclarar las cosas. Lo extraño del caso es que, si esto es así, Esteval estaría vendiendo al detal y podría incurrir en el delito de evasión impositiva. "De todo esto me entero por usted. No tengo ninguna imputación por ese caso", se defendió Jorge Alemán, hermano del ministro, consultado por La Prensa.
Ya pasó una semana de la incautación y Aduanas todavía no verificó a quién pertenece el camión. "Estamos investigando. Todavía no surgió ni un nombre. Nadie reclamó el camión", explicó Julio Kennion, director de Aduanas.
La tensión por el caso llegó al gobierno. Al camión nadie lo reclama.