La ciudad colombiana de Medellín, que será sede la próxima semana del foro “Cities for life”, es ejemplo de cómo un capítulo doloroso y oscuro puede terminar en una exitosa transformación basada en el urbanismo, la innovación y la inclusión social.
La capital del departamento colombiano de Antioquia fue estigmatizada en el pasado por ser la ciudad del mundo más azotada por la violencia del narcotráfico, pero hoy surge como una urbe renovada y moderna.
Las escaleras eléctricas de la Comuna 13, los parques bibliotecas, las Unidades de Vida Articulada (UVA), el Centro Cultural de Moravia y el Sistema Integrado de Transporte Masivo toman protagonismo en una ciudad que en 20 años ha vivido una regeneración urbana.
Este es el motivo por el cual Medellín fue catalogada en 2013 la ciudad más innovadora del mundo, al ganar el concurso “City of the Year”, que organizan The Wall Street Journal y Citigroup. Ahora se prepara para albergar desde el lunes “Cities for life”, encuentro de cocreación e innovación que reunirá a delegaciones de más de 70 países.
El director del Departamento Administrativo de Planeación de Medellín, Jorge Alberto Pérez, explicó cómo pasó de ser una ciudad “prácticamente inviable” a convertirse en una urbe construida para la vida y en un referente mundial, que en 2014 recibió la visita de 550 mil turistas.
“De la mano de la infraestructura, la planificación, el urbanismo y una inmensa capacidad de resiliencia colectiva, esta ciudad construyó un proceso de superación de su crisis y eso la ha llevado a un escenario muy distinto”, indicó.
Esta transformación empezó en los años 1990, en medio de la violencia, con proyectos en el centro como Ciudad Botero, que cuenta con una plaza en la que se exponen a cielo abierto esculturas del pintor y escultor Fernando Botero y un parque cultural como antesala del Museo de Antioquia.
Luego se definió una “nueva idea del espacio público” con la construcción del Parque de los Pies Descalzos, Parque de los Deseos y Plaza Cisneros, seguidos del Sistema de Transporte Masivo, que significó un momento de “inflexión” y de “cambio” con la construcción del Metrocable Santo Domingo.
Este cable aéreo, que beneficia a unas 12 mil personas, es una “estrategia para incluir y para decirle a una comunidad que estaba en la periferia marginada, ustedes hacen parte de nosotros y nosotros hacemos parte de ustedes”, explica Pérez.
También fueron construidos centros culturales, escuelas y transformaciones de la vida en los barrios más deprimidos con equipamientos culturales, deportivos, educativos y recreativos.
En 2011, la conflictiva Comuna 13 se convirtió en el primer sector urbano del mundo con unas escaleras eléctricas al aire libre como solución a los problemas de movilidad de sus habitantes, que deben ascender el equivalente a 28 pisos y que reemplazaron con esta innovación 350 escalones de cemento.
La ciudad hizo en los últimos años una apuesta por las bicicletas públicas integradas al Metro del Medellín -el sistema “Encicla”, con más de 20 mil usuarios-, las redes peatonales y el Tranvía de Ayacucho, en construcción.