No todos los árboles y las matas que decoran y embellecen los parques y los jardines panameños son propios del país.
Algunos de estos ejemplos son la sábila (Aloe vera), planta originaria de islas del Caribe. Lo mismo sucede con el buqué de novia (Ixora coccinea), que proviene del sureste de India. Otro caso es el del papo (Hibiscus rosa-sinensis), que es originaria de Asia.
Estas especies integran el inventario de plantas del libro Algunas plantas exóticas introducidas en Panamá: orígenes, usos y ecología, que esta semana fue presentado por los biólogos especialistas en botánica Omar López Alfano y Rodolfo Flores, autor y coautor de la obra, respectivamente.
Un total de 39 especies exóticas componen esta obra que recopila parte del proyecto de investigación “La flora exótica de Panamá: distribución, abundancia y consecuencias ecológicas de especies introducidas”, que lideró López Alfano entre 2007 y 2008, bajo el auspicio de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Dicha investigación arrojó en 2008 que el país cuenta con cerca de 700 especies de plantas introducidas de otras latitudes.
Por otro lado, se estima que Panamá cuenta con unas 12 mil especies de plantas nativas, indica López Alfano, investigador asociado al Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología y al Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.
Las plantas catalogadas como “exóticas” son aquellas especies que son originarias de otras áreas biogeográficas, aclara López Alfano. “El término exótico también se usa para aquellas que son llamativas o bonitas, pero en términos científicos se utiliza la palabra ‘exótica’ para hacer referencia a especies introducidas”, explica López Alfano, quien brinda detalles del libro y del proyecto de investigación, así como de la situación de las plantas exóticas.
¿Cuál fue el objetivo de su investigación y con qué fin se realiza este libro?
La investigación consistió en un análisis de la situación actual de las especies exóticas introducidas en el país. El libro, por su parte, busca ofrecerle a la sociedad panameña la oportunidad de conocer un poco más de cada una de estas especies que son muy comunes, que la gente las tiene en su jardín, vean ligeramente una descripción botánica y se familiaricen con la botánica.
No es un libro de orientación enteramente académica, pero sí hacemos una breve descripción de la especie, y luego hablamos de dónde viene la planta, de dónde es originaria, cómo se cultiva generalmente y mencionamos un poco sobre la ecología de la planta para indicarle a la población si la especie es problemática, si presenta algún tipo de riesgo para la sociedad, como por ejemplo, que puede ser tóxica o invasiva o si puede ocasionar problemas para el mismo ecosistema. Es un libro vistoso, de flores coloridas, de plantas que la gente conoce, que las ve en sus patios.
¿Qué zonas del país fueron analizadas para hacer la investigación?
Hicimos cerca de 3 mil observaciones de campo, es decir, que visitamos unas 3 mil localidades con GPS en todas las provincias.
Lo único que no se abarcó fueron las áreas comarcales, y esto no se hizo lastimosamente por la larga inversión de tiempo que implicaba solicitar los permisos.
¿Cuántas especies exóticas recopila el libro?
El libro cuenta con 39 especies, pero nosotros, a través de la investigación, recopilamos información de cerca de 700 especies.
Nosotros comenzamos [la investigación] a partir de una lista provisional que obtuvimos del Herbario de la Universidad de Panamá, que tiene cerca de 362 especies registradas como exóticas.
¿De qué destinos provienen las plantas exóticas presentes en Panamá?
La mayoría de las plantas introducidas vienen de Asia, pero hay un número significativo de plantas de Suramérica y Norteamérica.
Usted puede ir a Cerro Punta o a El Valle y va a encontrar muchas especies que son originarias de las áreas templadas. En Cerro Punta hay plantas que solamente hay en Estados Unidos. En Azuero encontramos especies que son clásicas de áreas secas de África.
¿Qué plantas exóticas se han introducido en grandes cantidades en el país?
Tenemos la sábila que es una planta suculenta que se encuentra mucho en los jardines o en potes, que viene de las islas del Caribe y de África Mediterránea. También está el “maní forrajero” (Arachis pintoi), que es una planta originaria de Suramérica.
Muchos de estos orígenes son hipótesis porque es difícil, a veces, asignar el origen específico de una de estas especies porque en algunos casos se deben hacer estudios genéticos para saber a profundidad de dónde vienen.
¿Qué especies representan peligro para la población?
Tenemos varios ejemplos de especies problemáticas en el país que requieren de más atención desde el punto de vista del manejo ecológico y desde el punto de vista de la salud.
La paja canalera o la paja blanca (Saccharum spontaneum L.) es una especie exótica introducida que abarca grandes extensiones en el área del Canal. Esta paja ha sido problemática en Panamá porque ella germina y se extiende en las áreas que están desprovistas de bosque. Cuando llega el verano, estos matorrales se queman y se producen incendios forestales que generan una gran cantidad de humo que nos afecta a todos. Además, los fuegos recurrentes afectan la misma capacidad del bosque de recuperarse.
¿Considera que hace falta que Panamá controle o regule mejor la introducción de estas plantas?
Sí, tiene que haber un control porque el problema está trayendo situaciones que quizás no sean muy buenas para nuestros sistemas productivos o y para nuestros ecosistemas.
Debe establecerse un sistema único de información en términos de las especies exóticas para que haya una manera de chequear si determinada especie introducida se ha reportado como problemática en otros países, de manera que la entrada de esa especie se condiciona. Este tipo de controles deben ser implementados, tenemos formas muy incipientes en términos de manejo de especies exóticas.