En lo profundo de la selva tropical panameña habita un felino de pelaje dorado estampado con manchas oscuras, esquivo y sigiloso en su andar. Es la panthera onca o jaguar, una de las especies simbólicas de la lucha contra la extinción en el país.
¿Cómo está la población de jaguares? ¿Por qué zonas transitan? ¿Qué dificultades enfrentan? Las preguntas se las han hecho varios grupos de científicos que desarrollan investigaciones para conocer las condiciones del jaguar en Panamá.
Dos de ellos son los biólogos Milton Yacelga y Kimberly Craighead, quienes acaban de regresar de la selva en el Valle del Mamoní, entre el Parque Nacional Chagres, la comarca Guna Yala y Darién, con la información captada por las 53 cámaras trampa que abarcaron unos 162 km2.
Las imágenes registraron el paso constante de cinco jaguares por la zona, además de pumas, el tigrillo y yaguarundí, y especies presas de los felinos como conejos y saínos.
El plan de Yacelga y Craighead es aplicar nuevamente el estudio de monitoreo, esta vez durante la estación seca, para comparar los datos con los obtenidos entre julio y diciembre de 2016, meses de lluvia constante.
En 2014 la Sociedad Mastozoológica de Panamá (Somaspa) aplicó una investigación piloto en el Alto Chagres, en Colón, con similares resultados: imágenes de jaguares, pumas, manigordos y las especies presas.
Aquel estudio será ampliado durante todo 2017 con unas 100 cámaras trampa en el Parque Nacional Chagres, Parque Nacional Portobelo y Parque Soberanía, por donde pasa el denominado “Corredor del Jaguar” y así tener un panorama más completo y certero de la realidad del felino, detalla Rafael Samudio, director de Somaspa.
En Darién la situación del jaguar es la mejor del país, pero no es buena tampoco, matiza el biólogo Ricardo Moreno, de la organización Yaguará Panamá, que trabaja desde 2012 en la conservación de felinos locales.
La densidad de jaguar en Darién es baja en general, pero en el corazón del área protegida como en Cana es un poco mejor, explica Moreno, investigador asociado del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.
Todas las iniciativas científicas buscan establecer el grado de impacto en el jaguar de las comunidades que habitan en las áreas monitoreadas.





