El peso de casi nueve décadas y los problemas para caminar no han impedido al poeta nicaragüense Ernesto Cardenal acudir a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, donde presentó su nuevo libro Noventa en los Noventa y festejará sus 90 años de amor a las poesía, a Dios y a la revolución.
Con una lucidez envidiable y con su eterna boina negra y barba blanca, Cardenal atendió a los medios de comunicación y dijo que cumplir 90 años es algo que “no le deseo a nadie”, pero que “la alternativa es peor, es la muerte”.
Inmediatamente, se autocorrige, “no es esa la alternativa, la alternativa es la resurrección, entonces soportemos el paso del tiempo que nos envejece porque nos lleva a la resurrección, o sea, al abrazo con Dios”.
Ordenado sacerdote a los 40 años, la religión ha sido una de las tres grandes vocaciones que han marcado su vida, aunque la poesía fue la primera y la más “natural”.
“Desde pequeño, desde los seis años, hacía poemas que los sabía de memoria sin todavía poder escribir. Y sigo siendo poeta, y eso fue lo que me llevó después del amor a las muchachas, al amor a Dios y del amor a Dios al amor al pueblo, a la revolución, que es lo mismo también que decir Dios”, contó.
Esa, la revolución, es la otra gran pasión que ha marcado la vida del poeta, que alcanzó fama de revolucionario desde los tiempos de la lucha sandinista contra la dictadura de Somoza a finales de los años de 1970. “Los primeros años de mi vida yo era bastante inconsciente acerca de la injusticia que había en el mundo”.