Benedicto XVI se trasladó ayer a la comunidad de SantEgidio, en el barrio romano de Trastévere, para comer con 150 pobres, en su primera salida del Vaticano tras el incidente de la Misa del Gallo, cuando fue empujado y tirado al suelo por una mujer que saltó una valla de la basílica de San Pedro.
Esta primera salida, tras el incidente protagonizado por Susanna Maiolo, de 25 años, al parecer con problemas psíquicos, puso ayer a prueba a la seguridad vaticana e italiana, que formaron un discreto, pero fuerte cordón alrededor del Papa, quien no obstante lo rompió para acercarse a saludar a los presentes, entre ellos muchos niños.
El Papa fue acogido con grandes aplausos y él respondió sonriendo, saludando y cambiando algunas palabras con los presentes en el evento.