Un equipo de científicos asegura haber identificado una cabeza embalsamada, perdida supuestamente en el caos de la revolución francesa, que correspondería a la del rey Enrique IV de Francia, asesinado en 1610, a la edad de 57 años.
La cabeza se perdió aparentemente después de que los revolucionarios profanaran las tumbas de los reyes de Francia en la basílica real de Saint-Denis en 1793.
Un equipo de expertos que empleó técnicas científicas avanzadas dice que ha identificado la cabeza, que pasó siglos de mano en mano de coleccionistas privados.
El equipo, encabezado por el patólogo forense Philippe Charlier, anunció el hallazgo en el British Medical Journal.
Charlier dijo que se encontraron rasgos que coincidían con los del rostro del monarca, incluida una “lesión oscura del tamaño de un champiñón” cerca de la fosa nasal derecha, una cicatriz facial de una herida con arma punzante y el lóbulo derecho agujereado. El rey usaba pendiente.
La datación por radiocarbono también dio la fecha de entre 1450 y 1650, “lo que encaja con el año de su muerte”, dijo el texto. Además, una reconstrucción digital del cráneo también coincidió con las representaciones conocidas del rey y con el molde que se hizo de su cara poco después de su muerte. Enrique IV fue uno de los monarcas más populares de Francia, conocido como “Enrique el bueno” o “el galante” por lo atractivo que resultaba a las mujeres.
En 1598, nueve años después de asumir el trono, promulgó el Edicto de Nantes, que garantizaba la libertad religiosa de los protestantes y puso fin a los 30 años de disputas entre protestantes y católicos.